‘La comunicación organizacional no debe estar en la ley’

¿Usted está de acuerdo que en el país rija una Ley de Comunicación?

No por completo, algunas cosas son oportunas y coherentes. Quizá no es a través de una ley que se deban regular ciertas cosas, no creo que sea esa la única salida. Pero hay cosas positivas en este proyecto como la verificación de la fuente, que en periodismo es algo vital y que en algunos casos no se cumple.

¿La normativa es necesaria para mejorar la calidad del periodismo?

No estoy ni en contra ni a favor de la ley. Debemos ver qué hay de positivo o qué es lo necesario. La preocupación debe ser cómo esas cosas buenas se canalizan en favor de la población. El público tiene derecho a estar bien informado y que la información sea veraz. Debe existir un freno para los periodistas que no tienen escrúpulos. Siempre es necesario buscar la contraparte de la noticia, es lo básico y hay casos en los que no se lo hace.

¿Este proyecto podría canalizar esos beneficios?

Posiblemente sí. El problema de toda ley es que siempre tienen un lado oscuro que deja a la libre interpretación y ese es un terreno pantanoso. Porque se interpretará como mejor considere un juez. Pero sí ayuda tener una regla clara para actuar.

Los jóvenes que estudian Comunicación Social no miran al periodismo como su única línea a seguir. Se inclinan por las relaciones públicas o el marketing. ¿El proyecto de ley debe abarcar estos otros ámbitos de la comunicación?

El proyecto no tiene una visión global de lo que es comunicación o de las comunicaciones integradas al marketing. No está contemplado, quizás algo en la parte publicitaria y aún esa parte que toca el proyecto no es tan compleja. Este proyecto está enfocado a lo que es periodismo o emisión de información.

¿Cree que debe vincular a esas otras ramas?

Creo que poco a poco se irán vinculando. Eso dependerá de cómo esas áreas o ramas se van abriendo espacios. A ratos es difícil pensar que las relaciones públicas puedan estar dentro de este proyecto. Llegaría un punto en el que todo nuestro accionar se convertiría en una camisa de fuerza demasiado estricta. Creo que no deberían incluirse todos estos otros espacios dentro de regulaciones tan estrictas.

¿Por qué?

Son espacios que no afectan tanto como la emisión de información o resultados de investigaciones. Por ejemplo, los estudios de mercado y la emisión de los resultados sí debe ser regulados. Eso no está establecido y debe haber una norma que regule este tipo de aspectos.

Si faltan este tipo de cosas, a su manera de ver, aún falta por ajustar el planteamiento o ampliar el debate.

Hay espacios que faltan por cubrir. Por ejemplo, el manejo adecuado de resultados de encuestas o investigaciones que se publicarán en los medios. Además, hay áreas de la comunicación que no deben estar incluidas en esta ley. Una es la comunicación organizacional o interna. Ese tipo de ramas trabajan con información interna que no es de interés público. Pero en las prácticas de marketing o promocionales debe existir una ética y deben estar normadas.

Las universidades, ¿qué papel juegan en este momento para mejorar la calidad del periodismo?

Es una lucha constante porque tenemos que trabajar todo el tiempo con los estudiantes en el asunto ético, legal y hasta moral. Independientemente del enfoque de la escuela, si es periodismo, publicidad u organizacional, a la larga la comunicación es un arma y muy poderosa que influye con fuerza en algunas personas. Entonces desde la universidad buscamos dar al alumno un equilibrio para que esté consciente qué manejará y que debe ser enfocado en fines positivos.

¿Cómo se vincula la universidad con la sociedad para saber qué profesionales en comunicación se requiere en la actualidad?

Hay un vínculo. A través de los trabajos de clase que se realizan tenemos esa vinculación con esas organizaciones. Pero más allá de eso, se hace investigación o consultas con empresas o líderes para saber qué se necesita o en qué se está fallando y cómo se puede mejorar.

¿La universidad sabe lo que necesita la sociedad de un comunicador?

En términos generales sí. La universidad siempre está empapándose de esas necesidades. La sociedad se encarga de hacer saber qué comunicadores necesita porque hay esa retroalimentación de lo que exige la sociedad y de lo que brinda la universidad. Hay espacios de convergencia entre grupos y estos siempre dicen cómo mejorar la calidad de un profesional. En las universidades serias hay preocupación por saber qué necesita la sociedad y sí establecen vínculos.

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