Firmas nacionales e internacionales se establecieron en el valle de Los Chillos. Los galpones y las fábricas son visibles desde las zonas altas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El incremento de la actividad del volcán Cotopaxi hace que la atención se dirija con fuerza a una de las zonas de mayor crecimiento de Pichincha: el valle de Los Chillos. En esta área, las facilidades de conexión y los servicios básicos son factores apreciados por los empresarios y comerciantes.
Este territorio está administrado por dos municipios: Quito y Rumiñahui. El primero tiene seis parroquias y controla el 61% del espacio, mientras que el segundo tiene cinco parroquias y ocupa el resto. Este territorio tiene una superficie de 34 623 hectáreas. Aquí habitan cerca de 300 mil personas.
En los últimos 30 años, la producción de los valles cambió. Hubo una evolución de las actividades primarias (agricultura y ganadería) a industrias desarrolladas. El urbanista y consultor Jaime Vásconez, explicó que el desarrolló de los valles empezó en los 60 y tuvo mayor auge desde 1977, con la autopista Rumiñahui.
El crecimiento comercial en las dos jurisdicciones que son parte del valle de Los Chillos no se ha detenido. En los últimos dos años se incrementó, en un 30%, el número de comercios registrados en las dos municipalidades.
Las nuevas centralidades son Sangolquí y San Rafael donde la gente acude para adquirir bienes y servicios. Esto contrasta con las parroquias periféricas en donde hay remanentes de franjas agrícolas. Por ejemplo, en el camino a Amaguaña todavía se ven los cultivos, sobre todo de maíz.
En el Plan de Desarrollo y de Ordenamiento Territorial que diseñó el Municipio de Rumiñahui constan 102 industrias. De ellas, 33 se dedican a la elaboración de productos alimenticios, 19 a textiles, el mismo número a industrias metálica.
Una de las empresas más grandes del sector es Corporación Favorita. En sus instalaciones funciona un centro de distribución que abastece el 100% de mercadería a los locales de sus principales marcas.
También hay un lugar para almacenar carne y pollo; lavan y empacan frutas, verduras y granos. La Corporación indicó a este Diario que en el valle hay posibilidades de crecimiento.
Diana Cifuentes, analista de Planificación de Rumiñahui, señaló que se ejecutan planes de desarrollo para atraer industrias. Para el economista Jaime Carrera, hace falta más que infraestructura. Cree que las empresas buscan garantías jurídicas, estabilidad tributaria y una buena conducción macroeconómica, temas que recaen, en mayor proporción, en el Gobierno Nacional.
En las 6 parroquias que están administradas por Quito hay, sobre todo, empresas dedicadas a la fabricación de prendas de vestir y a la construcción. Se destaca la cría de ganado en las parroquias rurales. Al igual que en Rumiñahui, hay mayor cantidad de negocios pequeños.
En la vía a Amaguaña es común ver fábricas, galpones y comercios. Municipios buscan incentivos para la inversión. Foto: EL COMERCIO
En esta administración zonal se emplea a unos 9 900 personas, esto representa el 1,8% de la masa laboral que hay en el Distrito Metropolitano.
En cuanto a Rumiñahui, unas 7 951 personas se dedican al comercio, 6 638 a la industria y 2 756 a la construcción.
Valles
La infraestructura y la cercanía con Quito son los atractivos de este territorio para empresas grandes y pequeñas. El volcán Cotopaxi es parte de su cotidianidad.