Cementerio General en Santo Domingo el martes 2 de noviembre del 2016. Foto: EL COMERCIO
Las familias santodomingueñas visitaron el Cementerio General este 2 de noviembre de 2016. El campo santo empezó a llenarse de visitantes desde las 11:00. A las afueras, se colocaron puestos de venta de flores, adornos, velas y comida.
Según el Municipio de Santo Domingo, se instalaron 100 puestos para los comerciantes. Estos fueron instalados en la avenida Tsáchila, desde el cementerio hasta la calle Río Zamora, en el centro de Santo Domingo. Ese tramo estará inhabilitado para el tránsito vehicular hasta el 3 de noviembre, cuando termine el comercio de flores, velas y colada morada hasta el 3 de noviembre.
La comerciante Rosa Vera señaló que este 2 de noviembre se ha vendido USD 300 hasta el 16:00. Ella vende flores desde hace cuatro años a las afueras del cementerio de Santo Domingo. Los ramos cuestan entre USD 0,50 y USD 5.
El año anterior vendió solo USD 150 durante el día. “Ha venido gran cantidad de personas. Este año la gente ha visitado más a los difuntos, al mediodía no cabía más gente en el cementerio”.
Una de las visitantes fue Camila Arévalo. Ella enterró a su hija Anahí Arévalo de tres años, en el cementerio general hace dos años. Ella asegura que no puede superar la muerte de su hija y por eso la visita constantemente y le lleva flores blancas y pequeños osos de peluche. “Mi bebé jugaba en el patio cerca de unos tanques para almacenar agua. Creemos que mi princesa sintió curiosidad por ver qué había en los tachos y al inclinarse se cayó. Nosotros la buscábamos por toda la casa y demasiado tarde nos dimos cuenta que estaba en el tanque”.
Arevalo realiza una misa mensual en memoria de Anahí y visita al menos una vez al mes su tumba. Glenda Cumbicus también visitó el cementerio este 2 de noviembre. Ella llevó macetas con rosas rojas y blancas que eran las preferidas de su madre María Heredia, quien falleció hace cinco años. “Mi madre tenía un jardín hermoso en su casa. Yo lo conserve y cada cuatro meses le traigo flores de su jardín”.
Cumbicus visita cada año el cementerio junto a su familia. Ella se encarga, en los días previos, de limpiar la tumba de su madre. “Vengo sola para estar con ella. Le cuento mis cosas y le rezo mucho. El Día de los Difuntos, en cambio, le traigo a los nietos”.
Según la administración del Cementerio, desde el lunes empezó la afluencia de personas y se espera que las visitas continúen hasta el 3 de noviembre de 2016 junto con el comercio que se instaló a las afueras del campo santo.