La avenida Amazonas, entre el parque Isla Tortuga y la Tomás de Berlanga, en el sector Plaza de la Toros. Foto: EL COMERCIO
Los comerciantes, dicen, que las ventas bajaron a menos de la mitad. Quienes tienen locales sobre la avenida Amazonas, entre el parque Isla Tortuga y la Tomás de Berlanga, en el sector Plaza de la Toros, cuentan que el cierre de este tramo incide en sus ingresos.
A lo largo de esa cuadra se trabaja en la construcción de la estación Jipijapa del Metro de Quito. La restricción vehicular empezó el 2 de mayo y se extenderá por al menos seis meses.
Jenny Báez tiene un negocio de venta de almuerzos en el sector llamado La Tulipe. Los primeros días pensó que las ventas podían sostenerse con los obreros que trabajan en la obra pero se equivocó. ‘Yo vendo cada almuerzo a USD 3, pero me piden que les dé a USD 2.25. Eso es imposible así que no vende a comer aquí ‘, se lamenta y asegura que si la situación no mejora, deberá tomar otro tipo de medidas.
Antes de que se inicie la construcción, en un día normal, Baez vendía hasta 200 almuerzos. Hoy no llega ni a 100.
Su pedido es que los dueños de los locales del sector bajen la renta los meses que va a durar la obra para así poder compensar la poca venta. Ella, por ejemplo, paga USD 1300 incluidos servicios básicos. Reconoce que no es un valor alto comparado con otros locales, pero el impacto en el negocio, dice, es insostenible.
Esa opinión la comparte Rosa Armijos, quien atiende un local a pocos metros del de Báez. Ella paga al mes USD 1 000 más luz y agua, y en los últimos 10 días ha vendido menos de la mitad. Asegura que no va a poder pagar la renta y deberá cerrar su local, como ya lo han hecho algunos vecinos. ‘Por favor, las autoridades deberían habilitar algún estacionamiento cercano, ayudarnos a motivar a la gente. Sabemos que esto es por el bien de toda la ciudad, pero con esto mantenemos a nuestras familias’, dice la mujer.
Una de las razones es que los vehículos no pueden llegar, no hay donde estacionarse y es complicado caminar por el lugar socialmente quienes usan tacones.
La restricción vehicular es imposible de evitar. Se debe cavar para construir bajo el nivel del suelo la estación. Sin embargo, para evitar el caos vehicular, se habilitó una vía en el antiguo parque Isla Tortuga que empata el tráfico vehicular desde la calle Juan de Azcaray con la av. Amazonas y viceversa, con dos carriles por sentido.
Claudia de Sosa, dueña de Alfombras San Andrés local que funciona en la Amazonas explica que debido al cierre y a la dificultad para estacionar, las ventas bajaron a menos de la mitad.
Ella tiene su local desde hace más de 18 años y es la dueña de la casa donde funciona su negocio, por lo que no paga renta, sin embargo, debe cubrir el sueldo de sus trabajadores. Espera que los plazos se cumplan y si es posible el tiempo de cierre sea menor porque la situación es complicada.