Los comerciantes se instalaron desde el 5 de julio en los alrededores del parque Bicentenario. Foto: Pavel Calahorrano/El Comercio
El principal objetivo se cumplió: evitar que el Bicentenario, durante la misa papal, se convierta en un punto de venta informal. Así lo afirma Marco Murillo, de la Agencia Distrital de Comercio de Quito. Sin embargo, el funcionario admite que quizá “la Agencia Metropolitana de Control y la Policía Metropolitana no se dieron abasto en horas pico”.
Murillo responde así frente a las críticas de comerciantes que tramitaron autorizaciones para vender productos en siete puntos, a propósito del servicio religioso oficiado por el papa Francisco el martes 7 de julio.
2 100 vendedores obtuvieron el permiso. Algunos se quejaron porque hubo competencia desleal de comerciantes que llegaron y que pudieron instalarse en las veredas, usar los postes de luz para tender alambres y colgar camisetas con la imagen del Papa. También cuestionaron porque hubo personas que recorrieron las calles y ofertaron desde bebidas hasta comida y recuerdos: gorras por USD 1; cruces, “para la bendición”; llaveros…
Gabriela Díaz es una emprendedora, quien, según contó, tiene un bar en la Espe. Decidió registrarse para instalar un puesto de venta; siguió el proceso, pero se siente decepcionada porque considera que hubo una “mala organización”.
“Hicieron que nos instalemos el domingo (5 de julio) desde las 18:00 hasta las 20:00. Nos ofrecieron cerrar las calles, evitar el paso del trolebús desde el domingo a las 24:00, pero hasta el martes hubo servicio”.
“Hay compañeros que invirtieron entre USD 800 y 2 000 y no nos ha ido bien. Deberían indemnizarnos”, dijo Díaz. Ella reclama porque no se controló a los vendedores informales que rodearon los puestos formales y los alrededores del parque. Además le preocupaba que les cobren por los servicios de energía eléctrica y agua. Ella aseguró que tuvo que llevar sus propios galones de líquido.
Díaz ofertó cevichocho, bebidas y snacks. Invirtió unos USD 700 en los productos. Y pagó USD 45 diarios por el alquiler de una carpa, que según dijo, esperaba que la Agencia de Comercio le entregara.
Murillo en una entrevista pasada, indicó que se revisaría la Licencia Metropolitana Única para el ejercicio de Actividades Económicas. Así evitarían que garajes se conviertan en locales de venta, perjudicando a los comerciantes que tramitaron el permiso. Pero en tiendas y mecánicas incluso, cercanas al Bicentenario, se colocaron rótulos alertando de la venta de café caliente, sánduches, hornado.
Frente a esto, el funcionario indicó que consultará con la Agencia de Control para conocer el número de sancionados. Aunque en esa entidad señalaron que la cifra es mínima. Murillo también apuntó que algunos comerciantes tuvieron expectativas muy altas y no reales, tomando en cuenta que se trataba de un acto religioso y no festivo. Además el clima jugó en contra.
“Las personas llegaban abastecidas con productos”, dijo. Pero adelantó que ha conversado con emprendedores que se quedaron con artesanías, para analizar la posibilidad de incorporarlos a ferias.
Murillo aseguró que solamente se les cobró la regalía por el uso de espacio público, de menos de USD 20. Sostuvo que la Empresa de Energía Eléctrica colocó 112 puntos de energía eléctrica y 68 puntos, la Empresa de Agua Potable.