Colombia se desentiende del caso Rivera

Santiago Zeas. Corres. en Bogotá

El Gobierno de Colombia ha optado  por el silencio. No ofrece detalles en torno a la  recompensa que pagó a una de las  “fuentes humanas” que delataron  a Raúl Reyes,  quien murió en el bombardeo del  1 de marzo de 2008.

La crisis binacional
Tras el bombardeo  del 1 de marzo en Angostura, Ecuador y Colombia rompieron relaciones diplomáticas. Ahora los dos países tratan de restaurarlas. 
 Colombia entregó la  semana pasada al ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, información sobre las zonas donde se cree está la guerrilla en Ecuador.
 El ministro Ponce  dijo a este Diario que no recibió información detallada de esas bases ni del número de guerrilleros,  sino un mapeo de las zonas donde posiblemente hay  guerrilleros.
Inteligencia Militar  señala que la mayor parte de la información  proporcionada este mes por Colombia ya era investigada por las Fuerzas Armadas. 
Diario El Universo informó que el ecuatoriano  J.C.R.F. supuestamente recibió una recompensa, por entregar la ubicación  de la base de las FARC en  Angostura.

Las iniciales  J.C.R.F. corresponden a Julio César Rivera Flores. El ecuatoriano trabajó en el Congreso Nacional. El  30 de mayo de 1997 fue nombrado  especialista de Servicios Legislativos. Desde el 1 de mayo de 1998 fue asesor del diputado Leonidas Iza, de Pachakutik. quien luego   fue nombrado presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador  (Conaie).  

Pero  las  FF.AA. de Colombia  negaron ayer que un ecuatoriano fuera el informante que delató la posición de la base guerrillera en territorio ecuatoriano.  Reconocieron  que  se canceló una recompensa  “pero no a un ciudadano extranjero”, según un alto oficial que habló con  El Tiempo.

Él añadió que tampoco es preciso señalar  que se haya pagado   USD 2,6 millones a la fuente que proporcionó el paradero.

Sin embargo, los organismos de Inteligencia de Colombia han dado cuenta de que para llegar a Reyes sí fue útil la participación de ecuatorianos. Solo cuatro días después de que se produjo el bombardeo en Angostura (1 de marzo de 2008)  El Tiempo accedió a detalles de  la denominada operación Fénix.
Inteligencia reveló que en febrero de 2007 la Dirección de Inteligencia de la Policía de Colombia (Dipol) creó en el Putumayo  una célula con 10 agentes para seguir los pasos del guerrillero Reyes, al mando de un coronel.

“El coronel localizó en Quito a  cinco miembros de la Policía ecuatoriana que en enero de 2004 habían colaborado secretamente con oficiales del Ejército colombiano en la captura de Ricardo Palmera, Simón Trinidad”, ex jefe financiero de las FARC, extraditado a la Justicia de EE.UU.

Pero además refiere  que, en Ecuador, el coronel “entró en contacto con un funcionario de la Agencia Central de Inteligencia, CIA. A todos les contó sobre la operación dirigida por él para dar con el paradero de Reyes”.

El 5 de abril de 2008,  el ex ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, informó que se había entregado la recompensa que el Gobierno ofrecía por  Reyes. Además, en varias ocasiones aseguró que la ubicación de la base del guerrillero en Ecuador se dio gracias a la colaboración de una “fuente humana”, que es la forma en que se denomina a los agentes que logran infiltrarse.

De acuerdo con información de organismos de Inteligencia,    Julio César Rivera, también conocido con el alias de  ‘Pirata’, sí fue uno de los reclutados por la CIA para llegar a Raúl Reyes.

El 11 de mayo de 2007, Rivera y Franklin Aisalla (quien también murió en Angostura)  fueron detenidos por la Policía en Quito cuando vigilaban al entonces ministro de Energía, Alberto Acosta.

En el vehículo, de propiedad de Rivera, se encontraron  trípticos de las FARC. Pero ellos fueron liberados porque la Fiscalía no encontró indicios de  delito.

El coronel Juan Carlos Rueda, jefe de la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado (que reemplazó a la Unidad de Investigaciones Especiales -UIES-),  aseguró que no conoce sobre la participación de los cinco policías ecuatorianos, porque no estuvo al mando de la UIES en ese tiempo.

Sin embargo,  señala que no restó crédito a la información hecha pública, porque pudo provenir de “fuentes colombianas”.

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