Los dos sindicalismos, en contra de las enmiendas en lo laboral

Marcelo Solórzano (centro) anunció la creación de la nueva Central Unitaria de Trabajadores aliada al Gobierno. Foto: Jenny Navarro / El Comercio.

Marcelo Solórzano (centro) anunció la creación de la nueva Central Unitaria de Trabajadores aliada al Gobierno. Foto: Jenny Navarro / El Comercio.

Marcelo Solórzano (centro) anunció la creación de la nueva Central Unitaria de Trabajadores aliada al Gobierno. Foto: Jenny Navarro / El Comercio.

Los trabajadores advierten con un paro nacional. Esa será la respuesta al trámite de las enmiendas constitucionales en la Asamblea. Si el Legislativo decide aprobar las dos propuestas que tratan sobre temas laborales, las centrales sindicales opositoras, agrupadas en el Frente Unitario de los Trabajadores (FUT), advirtieron al Gobierno que se movilizarán por las calles del país.

El proyecto de enmiendas pretende incluir a los obreros de las empresas estatales a la misma normativa que rige a la burocracia: la Ley Orgánica de Servicio Público. Esto ocasionaría que ya no estén amparados bajo el Código del Trabajo, que les otorga beneficios distintos. Entre los más importantes están la contratación colectiva y el derecho a organizarse en sindicatos.

Mario Morán, secretario de la Fetralpi (Federación de Trabajadores Libres de Pichincha), explicó que con estas modificaciones además perdería la estabilidad laboral. Así como también verán disminuidos algunos beneficios, como uniformes, alimentación, entre otros.

El proyecto de enmiendas incluye una disposición transitoria única, que establece que el cambio regirá solamente para los obreros que ingresen a partir de la vigencia de los cambios. Pero Morán aclaró que eso, en la práctica, no sucedería.

Para Edwin Bedoya, vicepresidente de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitaria de Trabajadores (Cedocut), esto violaría los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y significaría un retroceso en sus derechos. Y, a su forma de ver, la Corte Constitucional está violando las misma Carta Política al haber calificado esas enmiendas.

Por eso, Bedoya advierte que la marcha del 19 de noviembre será solo un paso para mostrar su descontento. La siguiente medida será salir a las calles en un paro nacional, al que se unirán las organizaciones sociales y civiles que los respaldan y que tienen sus propias demandas políticas.

El Gobierno rechaza y critica la posición de los sindicalistas opositores. Y aunque el mismo presidente Rafael Correa minimizó la manifestación del 17 de septiembre, anunció el retiro del proyecto de Código Laboral, que presentó el ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco.

El oficialismo prepara su propia manifestación. El sábado, en Guayaquil, el Mandatario presentará las reformas al Código del Trabajo vigente, que también deberán tramitarse en la Legislatura.

Y ese no será el único obstáculo para el sindicalismo enfrentado al Gobierno. Ayer, un grupo de dirigentes sindicales, afín al Gobierno, anunció la creación de la nueva Central Unitaria de Trabajadores (CUT). El objetivo de esta organización será “defender los derechos del trabajo” y aportar “a la construcción de una sociedad del Buen Vivir”.

Uno de sus dirigentes, Marcelo Solórzano, quien además es asambleísta alterno de la titular del Legislativo, Gabriela Rivadeneira, dijo que el nacimiento de esta agrupación no es oportunista ni con fines mediáticos. Y criticó a los sindicalistas que se oponen a las políticas del Régimen.

Sin embargo, a pesar de su inclinación hacia el Gobierno, esta nueva central dice oponerse a las enmiendas laborales y exige la creación de un nuevo Código del Trabajo.

De este modo, todos los trabajadores sindicalizados afirman oponerse a las medidas que el Gobierno prevé aplicar.

Pero este nuevo frente optará por el camino del diálogo con el Gobierno, según contó Fernando Ibarra, otro de sus dirigentes. A sus ojos, aquí hay que condenar únicamente a la Corte, por haber calificado las enmiendas laborales.

Estos dirigentes afines al Régimen también concuerdan con que aprobar estas modificaciones implicaría violar los tratados internacionales y retroceder en sus derechos. Pero, Ibarra dijo que hay un detalle que nadie toma en cuenta: el oficialismo tiene mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Y el presidente Correa, según él, ya aceptó mantener los derechos de la sindicalización y de la huelga.

Aunque este nuevo grupo de sindicalistas resalta la apertura del Gobierno y los acuerdos a los que han llegado, tampoco conocen el contenido de “la media docena” de reformas al Código Laboral.

Los dirigentes de oposición criticaron la creación de esta nueva Central y denunciaron que ha violado la autonomía sindical al estar liderado por miembros del oficialismo.

Según Bedoya, esta acción es para que el Gobierno justifique las reformas laborales que entregará el sábado. Bedoya denunció además que la convocatoria a este nuevo frente está encabezada por Alianza País y que llegaron a un acuerdo de ocho puntos, entre los que consta movilizar a la mayor cantidad de trabajadores y estar presentes en el evento del sábado.

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