Natalia Astudillo, agricultora de San Bartolomé, cosecha fréjol en el cantón Sísgsig. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Diez cultivos se destacaron el año pasado por su crecimiento significativo en superficie y producción.
En esta lista estuvieron: haba seca, piña, fréjol seco, brócoli, maíz suave seco, naranja, maíz duro seco, palmito, maíz duro choclo, café, plátano barraganete.
La mayoría creció en ambos componentes, pero en el caso del café y el maíz duro choclo hubo más producción en la misma superficie.
Las autoridades y productores consideran que los programas de asistencia del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), inversiones del sector privado y las buenas condiciones climáticas incidieron en ese buen desempeño.
El haba seca está a la cabeza en producción y superficie. La mitad del cultivo se reparte entre Azuay y Chimborazo.
En la provincia austral, este producto y el fréjol son los de mayor presencia, por su importancia en la dieta alimentaria. La Empresa Agroazuay de la Prefectura dice que 32 000 campesinos los cultivan.
Esa producción se observa en casi todas las huertas de las parroquias cuencanas San Joaquín, Sayausí, Sinincay, Checa y Octavio Cordero; generalmente es para autoconsumo.
Los campesinos dedicaron el año pasado más terrenos a los dos cultivos y el clima colaboró: el verano fue corto y no hubo heladas ni exceso de agua. Estos factores ayudaron a que la producción madurara bien en los nueve meses, dijo Martha Tapia, de San Joaquín.
En frutas, la piña y la naranja rindieron más. Los productores de piña en Santo Domingo de los Tsáchilas creen que el factor climático benefició.
En el invierno de abril y mayo del año pasado la fruta alcanzó un estado de madurez óptimo y hubo una mayor oferta, según la Asociación Nacional de Piñas en Santo Domingo. En el 2016 también se hicieron nuevas siembras, por lo que las áreas de cosecha crecieron al año siguiente.
En las naranjas, además del clima, la práctica de técnicas de manejo contribuyeron a una alta producción. Los agricultores de Bolívar, donde está la cuarta parte del área de naranja en el país, hicieron podas, limpiezas y usaron abono orgánico en plantaciones de más de 10 y 15 años. También sembraron nuevas variedades.
Oswaldo Castillo, de la Asamblea Agraria y de la Mesa Técnica de la Naranja de Bolívar, indicó que en el 2017 hubo una sobreproducción de 100 millones de frutas. “También aumentaron las hectáreas de naranja, reemplazando a las de plátano, cacao y palma”.
El café fue el segundo cultivo con una mayor producción en el país. El Programa de Reactivación Cafetalera del Ecuador del MAG, que empezó en el 2011 y mejoró el rendimiento. Por ejemplo, se hicieron podas, mantenimiento, cosechas a tiempo, fertilización periódica y fumigaciones preventivas.
Enrique Medina, director de Inteligencia de Mercado del MAG, explicó que la transferencia de tecnología y entrega de semillas e insumos a los agricultores, a través de los programas del Ministerio, contribuyeron a la mayor producción. Desde el 2014 hasta el año pasado se destinaron USD 173,36 millones en subsidios para esos proyectos. La política de fijación de precios a productos sensibles como el arroz y maíz fue otro incentivo.