La Mutualista Benalcázar aún no tiene quién se haga cargo de terminar la construcción y venta de sus proyectos inmobiliarios.
Esto pese a que solo restan 41 días para que culmine la liquidación de la entidad, según el plazo dado por la Junta Bancaria (JB).
De la venta de estos proyectos depende el pago de acreencias a personas naturales y jurídicas, públicas y privadas, a quienes se deben USD 54,9 millones, según cifras del 15 de enero de 2010.
Además, se busca dar una respuesta a quienes reservaron una vivienda, pagaron 30% de entrada o recibieron un hipotecario.
La Mutualista cuenta, desde su cierre, el 7 de mayo de 2008, con 24 proyectos inmobiliarios.
Hasta el viernes pasado estaba previsto que el Seguro Social asuma siete proyectos del grupo 1, cuyo avance de construcción es del 35%; y adquiera cualquiera de los ocho terrenos del grupo 3.
También estaba previsto que adquiera casas o departamentos de los grupos 2 y 4, que no se vendieron en el concurso que se realizó en noviembre pasado y que están construidos en un 98%.
Eduardo Almeida, presidente de la Junta de Acreedores, de la que el IESS es parte, explicó que todavía no se llega a un acuerdo.
Se prevé que este viernes 20, a las 10:00, se reúnan nuevamente con el fin de concretar la venta.
Miguel Obando, de 55 años, espera que se concrete esta negociación, de lo contrario sabe que los proyectos pasarán al Banco Central. “Si esto sucede, no cobraremos en 10 años”.
Lleva meses esperando que le devuelvan USD 16 000, que le servirán para liquidar parte de un crédito hipotecario en la cooperativa Pablo Muñoz Vega.
Obando cuenta que tuvo la opción de recibir una vivienda del grupo 2 y 4, ya que con su acreencia no cubría el valor del avalúo.
“…Decidí seguir esperando, pero nos dan vueltas y vueltas. No tengo ni para un café y para un comerciante -en estos tiempos- es muy difícil pagar USD 600 mensuales por el crédito”.
Junto con Obando, 269 personas naturales no recuperan sus ahorros, que suman USD 5,1 millones. Mientras, los entes públicos y privados tienen pendientes de cobro USD 49,8 millones, aunque Almeida enfatizó que estos dos grupos están conscientes de que no recuperarán todo.
Otro grupo que también está a la espera de una solución son quienes reservaron un bien, pagaron el valor del inmueble, pero no tienen escrituras. Así también los que tienen un crédito hipotecario con la Mutualista.
Guillermo Poveda, de 31 años, por ejemplo, reservó una casa en septiembre 2007 en el Portal de Mallorca, en Ibarra.
Por la reserva pagó USD 3 000 y para pagar el 20% de entrada la Mutualista le dio un crédito de consumo por USD 7 000.
“Nunca vimos los USD 7 000 porque se quedaron en la Mutualista e iba pagando cada mes. Pedí un documento más formal de reserva o un compromiso de compra venta pero no me lo dieron”.
Como Poveda veía que la obra seguía avanzando, consideró que no había riesgos. El 7 de mayo de 2008, cuando cerró la entidad, la construcción se paró y hasta hoy su situación es incierta.
No ha recibido una sola explicación y cuando decidió dejar de pagar el crédito, por no recibir una solución, Poveda cuenta que le reportaron como cliente ‘C’ en la Central de Riesgos.
“Por ser microempresario he cuidado como cosa preciosa mi historial crediticio y por esto ahora ya no soy sujeto de crédito”.
Pero a más de esto, Poveda explica que la extinta Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) casi le embarga sus bienes por los USD 1 200 que faltaba pagar por el préstamo de consumo.
“En la AGD me dijeron que debía olvidarme del tema porque el dinero pasó a Gruinbe, que era una empresa fantasma y que debía pensar que me estafaron”.
Entre los siete proyectos que el IESS está estudiando asumir está el Portal de Mallorca.
Almeida explicó que una de las cláusulas que se pidió al IESS es que se respete el monto de las reservas y las entradas que dieron los clientes por las viviendas.
En lo que sí habrá ajustes de precios será en el precio final, por las variaciones en los costos de la materia prima y otros rubros relacionados con la construcción.
Ante esto, Poveda primero analizará muy bien si entrará o no en una negociación así. De no llegar a un acuerdo con el Seguro, la segunda opción es que el Banco Internacional y Unifinsa, acreedores privados, compren parte de los proyectos. La última opción es que pase al Banco Central.