Chone ejecuta trabajos para el invierno

En el mercado central de Chone, dos trabajadores reparan varias fugas en las tuberías, de una red de 128 kilómetros. Fotos: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En el mercado central de Chone, dos trabajadores reparan varias fugas en las tuberías, de una red de 128 kilómetros. Fotos: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En el mercado central de Chone, dos trabajadores reparan varias fugas en las tuberías, de una red de 128 kilómetros. Fotos: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Las probabilidades de que el cantón Chone vuelva a inundarse en el invierno son altas. Es la afirmación de Carla Alcívar, gerenta de la Empresa Pública de Agua Potable y Alcantarillado Aguas de Chuno.

A casi ocho meses del terremoto del 16 de abril, el 20% de la red de tuberías del alcantarillado del cantón manabita tiene fisuras. El día del sismo, el 90% de los 100 kilómetros de la red colapsó.

La reparación empezó en mayo, pero en los primeros días de este mes se detectaron fisuras en cerca del 20% de las redes. “Era tubería antigua. Se ha tratado de repararla, pero hay sectores en los que las fugas persisten. Por eso no garantizamos que no haya inundaciones“, señaló Alcívar.

Sin embargo, para mitigar los efectos del invierno se da mantenimiento con hidrosuccionadores en las alcantarillas y limpieza en cunetas, pozos y sumideros. “Las personas dejan la basura en las calles y van a las alcantarillas. Eso hace que el sistema también colapse”. 10 trabajadores realizan las tareas de limpieza en más de 30 sectores de la zona urbana.

Se conformó otro grupo de personal para reparar las fugas en las tuberías y guías de agua y alcantarillado. Los barrios que mayores problemas presentan son Pichincha, Santa Martha y Santa Fe 2000, ubicados en el casco urbano. En ese último sector más de 100 metros de redes están colapsados.

Según el director de Producción y Distribución de Aguas de Chuno, Wellinton Mendoza, el trabajo en Santa Fe 2000 se hace manualmente. Los obreros meten la mano en la tubería para encontrar la fuga y hacer las reparaciones.

Se hace de esa forma porque las casas que se conectan a la red sufrieron daños durante el terremoto; la vibración de las máquinas puede afectarlas más y dañarlas por completo.

Una de esas casas es la de Azucena Manzaba. El piso de su vivienda sufrió un hundimiento que se deteriora cada vez más por las inundaciones que causan las fugas de agua potable y el desborde de aguas servidas. “Hasta que no se arregle la tubería no podremos reconstruir la casa”.

Ella levantó una cabaña al frente de su vivienda. Ahí vive con dos hijas, que ingresan de vez en cuando a la casa por ropa y enseres.

Alcívar señala que las tuberías de la zona urbana de Chone tienen más de 50 años de uso y por eso las reparaciones no han sido efectivas. Eso hizo que en mayo se declarara una emergencia hidrosanitaria y que la Secretaría Técnica del Comité para la Reconstrucción y Reactivación Productiva destinara USD 8 millones para la reconstrucción del sistema de agua y alcantarillado.

De ese monto, USD 3 millones se usan en la rehabilitación de la red de alcantarillado, que incluye desde la reparación y cambio de tuberías hasta la renovación de la planta de oxidación. “Se instalaron siete bombas en las tres estaciones del cantón. Eso permitirá que el agua se transporte rápida­mente hacia la laguna de oxidación, en la que también se han hecho trabajos”.

Esas obras también mitigarán los efectos del invierno en el barrio Pichincha, que es el que más se inunda porque no tiene desfogue hacia las tuberías que llegan a la laguna de oxidación. Por eso se debe hacer mantenimiento constantemente con hidrosuccionadores para evacuar el agua de más de 100 viviendas ubicadas en el centro de la ciudad.

Fabiola Reina, técnica de Aguas de Chuno, asegura que en la calle Pichincha 150 metros de tubería sanitaria y pluvial están afectadas por la construcción de una calle, que no tenía estudios y además por el movimiento sísmico.

Según la moradora Clarita Bermeo, en la mayor parte del invierno hay inundaciones. “Una hora de lluvia es suficiente para inundarnos y con los daños del sismo será peor”.

Alcívar señaló que las bombas solucionarán la problemática por un tiempo. Pero que se debe seguir gestionando el Plan Maestro de Agua Potable y Alcantarillado, que tiene un costo aproximado de USD 55 millones. “Se gestionan créditos en el exterior”.

Para regular el servicio de agua potable, en cambio, se construye una cisterna en el cerro Guayas, para almacenar 5 000 metros cúbicos de agua tratada. Los trabajos tienen un 95% de avance.

Durante diciembre se realizará la conexión de la nueva línea de impulsión desde la planta de tratamiento hacia la nueva cisterna en el cerro Guayas. Esos trabajos de instalación implican inhabilitar el servicio de agua por unos días. “Se hará paulatinamente. En noviembre se inhabilitó por tres días. En diciembre será igual”, señaló Alcívar.

Los dos servicios se entregan a 52 810 personas. Pero, no todas están conectados, debido a los daños del terremoto.

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