En una escuela del norte de Quito, un profesor da clases sobre la Ley de Tránsito. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO
La única luz de la habitación es la del proyector. En una pared blanca se reproducen las fotografías de autos destruidos. Hay imágenes fuertes: de personas fallecidas o que quedaron mutiladas en siniestros viales.
Se trata de una clase en una escuela de conducción que fuera habilitada para que los conductores que perdieron los 30 puntos en la licencia puedan recuperarlos. Ese centro opera en el sur de Quito. Pero en toda la ciudad funcionan siete y en el país existen 40 escuelas avaladas para ese propósito.
Kléver M. está en una de esas clases. Él perdió 15 puntos por rozar a otros autos, 12 por conducir en exceso de velocidad y tres por rebasar en zonas peligrosas. Así se quedó en cero.
En la misma escuela se encuentra Segundo T., un hombre de 41 años. Él perdió seis puntos por conducir ebrio. Además estuvo preso dos veces y cuando arrolló a una persona le quitaron los últimos nueve puntos que tenía. Así se quedó sin permiso para manejar. Hoy dice que es el mejor alumno del aula.
Pese a hechos como estos, en 2009 la Ley de Tránsito ya habilitó mecanismos para recuperar los puntajes perdidos, aunque no se aplicaba.
Por eso, en 2012 la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) expidió un reglamento.
En ese documento se detalla que los conductores tienen hasta cuatro oportunidades para habilitar la licencia. En todos los casos, los requisitos son cumplir con un curso de 30 horas de teoría y práctica, que le cuesta USD 67,92. Además deben cancelar las multas y aprobar una prueba psicológica.
Si es la primera vez que la licencia está inhabilitada, el conductor debe cumplir 60 días de suspensión. Con eso, la ANT le devuelve 20 puntos.
En cambio, si es reincidente apenas le habilitan 15 y le sancionan con 120 días de prohibición para conducir.
En la tercera y cuarta oportunidades, el conductor podrá recuperar solo 15, pero tendrá una suspensión de un año.
Wiliam Samanieño, director de la escuela del Sindicato de Choferes Profesionales de Pichincha, explica que de las 30 horas de clases, 10 se dedican para “reflexionar” sobre las contravenciones que han cometido y la necesidad de respetar la Ley. La mayor carga horaria se destina para aspectos técnicos de la conducción y sobre la Ley de Tránsito.
Esto ocurre, pese a que la ANT dice que el objetivo de los cursos para los conductores, cuyos permisos están suspendidos, es “concientizar, reeducar y rehabilitarlos”.
¿Cómo se asegura que un conductor infractor quede rehabilitado? Wladimir Jara, profesor de la Escuela de Conducción del Sindicato, reconoce que eso no es posible. “Una cosa es que sepa la Ley, que conozca las multas por las infracciones, pero otra es la práctica”.
Otro requisito para los choferes infractores es pasar una prueba psicológica. A pesar de que esta no es puntuada, sin este test no se pude obtener la nueva licencia. Sirve para establecer el perfil de conductor y si este constituye algún peligro para la gente o para él mismo.
Pero no todas las preguntas psicológicas están relacionadas con la conducción. Por ejemplo, se les consulta si les gusta trabajar en equipo o sobre los sentimientos que produce recibir insultos en la vía.
“Una vez me peleé con un conductor, porque me dijo groserías. Pero en la prueba puse que detesto la violencia”, dice Guillermo L., un conductor profesional. En su caso, se quedó sin licencia por recoger pasajeros en lugares no permitidos y por exceso de velocidad.
Datos de la ANT revelan que de los 3 054 conductores sin puntos en la licencia, matriculados entre el 2012 y el 2013, el 85% aprobó los cursos de recuperación a escala nacional. El año pasado, 1 584 personas perdieron su permiso de manejo.
Aunque el trámite para obtener este documento dura un mes, hay conductores que prefieren manejar con cero puntos. Eso fue lo que hizo un chofer de bus urbano, en Quito.
El 3 de agosto pasado, él hizo un cambio brusco de carril para rebasar a otro bus y fue multado por el agente de tránsito, Dennis Pazmiño. Tras ver la licencia de conducir comprobó que el documento estaba suspendido y además debía 4,5 puntos. Por eso recibió otra multa, pero el uniformado reconoce que no sirve de nada, porque el momento que el chofer saque la segunda licencia obtendrá 20 puntos.
El juez Víctor Romero Zumárraga, de la Unidad Judicial de Tránsito de Pichincha, incluso ha tramitado casos de personas que manejan con menos 95 puntos y que prefieren no recuperar la segunda licencia.
Esto, porque el Código Integral Penal ya no ordena cárcel para los conductores que manejen sin puntos en la licencia.
El Código impone una multa del 50% del salario básico. No obstante, sí puede ser detenido quien conduce sin su permiso legalizado.
En contexto
Los gremios de choferes solicitaron en el 2011 una reforma a la Ley Orgánica de Transporte Terrestre. Pedían una licencia de 100 puntos. Un año después la ANT permitió a 40 centros del país recuperar los puntos de las licencias.