Olga Imbaquingo. Corresponsal
Estados Unidos remodela su rostro cada década y este es el año para saber qué mismo es en términos demográficos. La fecha de darle matices a su perfil se acerca.
A partir de marzo, millones de formularios serán enviados en lo posible a todos los hogares de EE.UU., 13 millones de ellos en español, para que la gente conteste 10 preguntas que facilitarán saber quiénes son, qué hacen, dónde están, de dónde vienen, tienen casa o la rentan, cuántos años tienen, entre otras inquietudes.
Pero el censo corre el peligro de no incluir todos los matices en el retrato demográfico del país de principios de este siglo. La ola racista, en especial en contra de los latinos, ha puesto a los inmigrantes indocumentados en estado de sospecha de que cualquier información que den les perjudicará.
Pese a que no consta en el formulario del censo la pregunta sobre el estatus legal, muchos indocumentados no se convencen y no están seguros de participar. “Ese día no pienso estar en casa, si digo donde vivo, quién me asegura que no vendrán por mí”, dice el mexicano José Rosas, refiriéndose a los agentes de inmigración.
Él asegura que lo mismo harán sus amigos. Entre muchos ecuatorianos que no tienen documentos también hay el mismo sentir de no participar en el censo.
Pero muchos no saben que nadie llegará a golpear la puerta, porque aquí el censo no es como en Ecuador, que un día cada 10 años, en lo posible todos deben estar en casa cuando los estudiantes lleguen a golpear la puerta.
El censo en EE.UU. es por correo, el formulario se envía a las viviendas y lo que sí se hace es llamar y en ocasiones ir a golpear la puerta para pedirle que llene el formulario y lo envíe por correo hasta el 31 de abril, cuando se cierra y empieza el proceso de contabilización y análisis de datos.
“No solo es importante contestar esas 10 preguntas, sino para qué el Gobierno necesita esas preguntas”, enfatiza Onías Pacheco, representante del Censo de EE.UU. La idea que se hace hincapié en estos días es que el futuro del inmigrante depende de su participación en el censo.
Pacheco dice que eso es verdad. Los recursos económicos y el presupuesto nacional, estatal y municipal se hace en función de cuánta población vive en esa ciudad.
El funcionario dice que “nosotros no contamos indocumentados, el censo no pregunta eso, lo que sí refleja en los mapas los códigos de los formularios que no llegaron con las respuestas. Eso no quiere decir que todos son indocumentados”.
En el pasado censo en Nueva York y Nueva Jersey, el 54% de la población se censó.
La planificación del censo experimentó una fuerte presión por grupos conservadores y senadores que no querían aprobar más recursos si no se incluía la pregunta si es ciudadano o no, pero eso al final no tuvo apoyo.