La católica Irlanda decidirá si incluir o no el matrimonio homosexual en su Constitución

Varias personas caminan junto a dos carteles sobre el referéndum para la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en Dublín, Irlanda. Foto: EFE

Varias personas caminan junto a dos carteles sobre el referéndum para la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en Dublín, Irlanda. Foto: EFE

Varias personas caminan junto a dos carteles sobre el referéndum para la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en Dublín, Irlanda. Foto: EFE

Los irlandeses votaron este viernes, 22 de mayo del 2015, en el referéndum sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, una reforma que medirá la vigencia del poder de la Iglesia católica.

Más de 3,2 millones de irlandeses estaban convocados a las urnas, desde las siete de la mañana (06:00 GMT) hasta las diez de la noche (21:00 GMT). Los electores respondieron a la pregunta de si deseaban o no añadir un artículo a la Constitución irlandesa que dice: “el matrimonio puede ser contratado de conformidad con la ley por dos personas, sin distinción de sexo”.

El resultado se espera el sábado por la tarde. En caso de ganar el sí, sería el primer país del mundo en aprobar en referéndum el matrimonio homosexual, algo que antes probaron Croacia y Eslovenia, sin éxito.

Según los últimos sondeos, el sí va con ventaja, aunque la distancia respecto al no se ha reducido en los últimos días. “Podemos lograr el derecho a casarnos el 22 de mayo, y nos quitará un gran peso de encima a nosotros y a todos los que nos quieren; será una liberación para nosotros y un hito en la historia de creciente tolerancia de Irlanda”, escribió el escritor irlandés Colm Tobin, homosexual, en un artículo en el diario The Independent.

Toibin recordó en su escrito a su colega y compatriota Oscar Wilde (1854-1900), que fue condenado a dos años de cárcel por homosexual y murió prácticamente exiliado en París.

Fuera de la casa donde Wilde residió de niño, en la plaza Merrion del centro de Dublín, había este viernes dos carteles pidiendo el sí. “Tengo un hijo de tres años y si algún día en el futuro me pregunta qué voté, la única respuesta que me haría feliz es decir que voté sí ”, explicó a la AFP Rowland Crawte, de 37 años, cerca de la casa de Wilde.

La campaña del no ha mantenido un perfil más bajo, hasta el punto de que muchos de sus activistas rechazaron hablar a la AFP, incluso bajo anonimato. Rachel Stanley, de 60 años, dijo que votó en contra para “proteger el matrimonio y la estabilidad de los niños. Espero que no me emplumen con alquitrán por lo que estoy diciendo”, añadió.

Stanley se hizo eco del argumento central de quienes se oponen a la medida, y es que la enmienda constitucional facilitaría todavía más a las parejas homosexuales adoptar o tener hijos, cuando de hecho ya es posible.

La Iglesia sigue presente

La consulta tiene lugar 22 años después de la despenalización de la homosexualidad en un país donde la influencia de la Iglesia católica, aunque en declive, sigue siendo importante. “El matrimonio debe reservarse a la relación única y complementaria entre un hombre y una mujer, que es la única que hace posible la generación y educación de los hijos”, dijeron en un comunicado los obispos católicos de Irlanda.

Si bien Irlanda avanza en la secularización y los escándalos de abusos sexuales dañaron mucho la imagen de la Iglesia, ésta no ha desaparecido de las vidas de los irlandeses.

El 84,2% de los irlandeses se identifica todavía como 'católico', según el último censo de 2011. Más del 70% de las bodas todavía tienen lugar en iglesias, las campanas que marcan la oración del ángelus siguen sonando dos veces al día en la RTE, la televisión y radio nacionales, y más del 90% de las escuelas primarias son propiedad o patrocinadas por la Iglesia.

Si se adopta la reforma, Irlanda se uniría a los 18 países del mundo, entre ellos España, Uruguay, Argentina y Brasil, donde es legal o está en curso de legalización el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Dichas uniones son legales desde 2014 en el Reino Unido, salvo en la provincia de Irlanda del Norte.

Los principales partidos políticos, incluidos los conservadores, apoyan la medida, un cambio radical en un país donde la homosexualidad no se despenalizó hasta 1993 y el aborto sigue siendo ilegal.

Los defensores del matrimonio homosexual tienen también el apoyo de las principales estrellas irlandesas del deporte, la música, o el cine, como el actor Colin Farrell o el cantante Bono, de U2. “Tratar de acaparar la palabra matrimonio es como tratar de acaparar la palabra amor”, dijo Bono, citado por el Irish Times.

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