Redacción Cultura
Carlos Catasse salió de Chile a los 24 años dispuesto a recorrer América Latina a pie. Empezó en Venezuela y llegó hasta Ecuador, donde decidió quedarse para siempre. El renombrado artista plástico falleció la noche del martes pasado a los 65 años.
La ceremonia de velación se realizó ayer al mediodía en la Casa de la Velaciones Monteolivo, en el norte de Quito. Hace cerca de dos años, dijo su hija Yahanúa, le diagnosticaron al pintor un cuadro de amiloiodosis, una extraña enfermedad que afecta a todos los sistemas.
La enfermedad progresó agresivamente durante los últimos meses y un grupo de amigos artistas organizó una exposición colectiva en homenaje a Catasse para hoy, a las 19:00.
La pintora Eda Muñoz, quien es parte de ese grupo, confirmó que el homenaje se hará de todas formas. Será en el Centro Cultural Benjamín Carrión (Washington 909 y Páez).
En el homenaje participarán, a más de Muñoz, Nelson Román, José Unda, Mario Ronquillo, Mario Cicerón, Carlos Viver y Jorge Artieda. Estos artistas fueron los últimos en visitar al maestro. La tarde del martes pasado llegaron a su casa para ratificar sus solidaridad y apoyo. “Sabíamos que estaba mal, pero no pensamos que la muerte vendría tan rápido”, contó consternado Nelson Román la mañana de ayer. “Fue una imagen muy fuerte ver a una persona que siempre fue tan vivaz y tan alegre tendida en su cama”.
Carlos Tapia Sepúlveda (tomó las primeras sílabas de su nombre y apellido para formar su pseudónimo) provoca el recuerdo unánime de sus amigos como un artista alegre y trabajador. Mario Cicerón -artista radicado en Venezuela- valora esa constancia y dedicación como una de las mayores virtudes del maestro chileno: “Su expresión siempre buscó, y encontró, formas novedosas que no provenían de ideas extravagantes sino de un trabajo sostenido”.
Los paisajes de la Sierra ecuatoriana ( urbanos y rurales) y los retratos femeninos que Catasse trabajó constantemente son reconocidos como dos elementos de su aporte a la plástica ecuatoriana. Eda Muñoz resalta la capacidad lúdica de su personalidad: “Siempre trabajaba con una sonrisa o tenía algún chiste. La verdad es que la pintura fue para él un gozo”.
Punto de vista
Nelson Román / Pintor
‘Fue un pintor de nuestra tierra’
Catasse llegó al Ecuador cuando ‘Los cuatro mosqueteros’ estábamos presentando nuestros trabajos. Nos contó que estaba de paso pero se quedó toda la vida. Fue un hombre generoso y alegre, bohemio, habitante pertinaz de la noche.
Su obra, sobre todo en el paisaje urbano, representó un cambio significativo para la época.
Fue un excelente paisajista y colorista. Su trabajo influyó en muchos otros pintores y hasta se puede decir que hizo escuela con su estilo. Los paisajes serranos le encantaban. Por eso prefirió vivir en Quito, el paisaje, la vida misma de este país, le volvió un poco serrano.
Aunque nunca perdió el acento chileno realmente se convirtió, por su vida y por su obra, en un artista de esta tierra, en un pintor nuestro.