Los castillos son una tradición en Loja como parte de la devoción a la Virgen de El Cisne. Foto: Lilia Arias / EL COMERCIO
Los castillos y juegos pirotécnicos iluminan la ciudad de Loja entre el 1 y el 8 de septiembre de 2014. Los devotos llegan hasta La Catedral para venerar a la Virgen de El Cisne.
12 organizaciones de de fieles llegan de las provincias de: Azuay, Cañar, Cotopaxi y Tungurahua.
Manuel Chilla, oriundo de Tungurahua, tiene la devoción a ‘La Churona’, como le dice con cariño, por más 60 años. A sus 87 años aún trae ofrendas a la Virgen en agradecimiento a que le salvó la vida por tres ocasiones. A más de los juegos de luces donan ropa y comida a los más necesitados. Historias como estas se repiten entre los devotos que realizan la fiesta entre días.
Chilla junto a su familia y vecinos organiza la fiesta con seis meses de anticipación. A Loja llegaron la noche del jueves 4 de septiembre. Contrataron los juegos pirotécnicos con un año de antelación.
Juan Pulla, azuayo de 60 años, fue contratado por Chilla. Este artesano construye las partes del castillo en la parroquia de Baños, a 15 minutos de la ciudad de Cuenca.
Pulla y junto a 10 miembros de su familia, con quienes arma los castillos, llegaron a las 23:00 del jueves 4 de septiembre. Con dos camiones pequeños se estacionaron en el parque recreacional Jipiro, al norte de la urbe lojana.
Foto: Lilia Arias / EL COMERCIO
En los dos carros grandes trajeron los dos castillos y juegos pirotécnicos. Un hijo de Chilla, quien vive en Estados Unidos, pagó los castillo. Por cada uno canceló USD 900. También, otros juegos como la vaca loca, la pantera, soldados y cholas cuencanas…
Pulla junto a su familia, en la mañana del viernes 5 de septiembre, revisaron los cuadros y mechas de las 80 partes de cada castillo. El trabajo arrancó desde las 18:00 de ese mismo día en el parque central de Loja, frente a La Catedral. Uno a uno bajaban las piezas, que se armaron con los carrizos, cartón y pintura.
Previamente Chilla ha tenido que sacar un permiso con los Bomberos en Loja para la quema. Asimismo, los uniformados realizaron una inspección previo al armado de los mismos a las 18:20. En la noche, los bomberos ayudan controlando la quema de los castillos, junto a los 11 artesanos que los elaboraron, para evitar accidentes.
En el 2013 se quemaron 26 castillos en honor a la Virgen de El Cisne. Este arte, que se ha convertido en tradición en Loja, es admirado por lojanos y turistas. Un promedio de 3 000 personas asisten a admirar este atractivo cultural.
El Municipio y la Diócesis de Loja organizan a los romeriantes. El propósito es que se lleve una fiesta tradicional de forma ordenada. Asimismo, se organizan las Noches del Peregrino. Para este año se ha dado prioridad a las bandas de pueblo que entonan melodías en honor a la imagen.