Daniela Oviedo (segunda desde la derecha) y otros tres jóvenes leyeron el documento. Foto: Captura Video
Agrupaciones universitarias tienen posiciones opuestas sobre la carta en que se pide al presidente Rafael Correa seguir con los enlaces de los sábados. La discrepancia por la misiva, que se difundió el pasado 7 de mayo, es la parte visible de la división entre los gremios estudiantiles.
Este año la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) tiene dos dirigencias nacionales paralelas. La una está dirigida por Daniela Oviedo, quien apoya las políticas del actual Régimen. La otra está a cargo de Andrés Quishpe, simpatizante de partidos de izquierda, como Unidad Popular (ex MPD).
Oviedo defendió el derecho a recibir información directa desde las autoridades y por eso suscribió el documento titulado Carta de la Juventud a Rafael Correa Delgado.
Contó que se reunió con compañeros de la FEUE que ella dirige y otros representantes juveniles para redactarla. También, llegaron aportes por correo electrónico, videoconferencias o por llamadas telefónicas. La estudiante de la Universidad de Milagro denunció que a partir de la entrega de la carta ha sido víctima de fuertes ofensas en redes sociales. “No creo que esa sea la forma de debatir el tema”.
Por su parte, Andrés Quishpe rechazó el contenido de la misiva y mencionó que el dinero de las sabatinas debería invertirse en obras de reconstrucción de Manabí y Esmeraldas. Según el Gobierno, cada enlace bordea los USD 30 000.
Acusó a Oviedo de suscribir la carta de manera personal y de no consultar a las filiales de la FEUE sobre la decisión de respaldar la realización de las sabatinas, las cuales han sido blanco de críticas de la oposición desde hace nueve años.
El sábado pasado, cuatro jóvenes leyeron el contenido del texto en el enlace 474 realizado en Jaramijó, Manabí, que fue dirigido por el vicepresidente de la República, Jorge Glas.
La carta de los estudiantes describe a los medios de comunicación “mercantilistas” como parte de la oposición. Y se propuso hacer una “minga” para llevar sus propias sillas y carpas para mantener la transmisión de las sabatinas.
Al final del documento contan 12 nombres de los supuestos jóvenes que apoyan esta posición. Entre ellos está el de Erik Mozo, presidente de la Federación de Estudiantes Privados del Ecuador (Feupe), quien negó haber apoyado el contenido de la misiva.
En una entrevista con este Diario, dijo que no sabe cómo su nombre llegó a imprimirse al final del texto.
La dirigencia de una facción de la FEUE en una protesta, en el 2015, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesántez; archivo/ EL COMERCIO
La asamblea general de la Feupe se pronunció el domingo con un comunicado de prensa. Ahí aclara que este gremio es una organización política estudiantil, no partidista. También rechaza el uso del nombre de su representante y del logo de la Federación.
Más allá de las diferencias que generó la carta, la organización estudiantil universitarias se muestra fraccionada. No hay una agrupación que represente a los alumnos que aglutine a todos los estudiantes de universidades o politécnicas públicas o privadas.
La Confederación de Estudiantes Universitarios y Politécnicos del Ecuador (Cuepe) está “dormida”, reconoce Aquiles Hervas, uno de los primeros voceros de este gremio que nació en el 2012 con el fin de representar a todos los universitarios.
Desde el 2015, la Confederación no ha tenido actividad nacional. Hervas, quien hoy estudia una maestría en México gracias a una beca otorgada por ese país, dice que la organización aún mantiene actividades provinciales, según reportes que ha recibido. Sin embargo, reconoce que no tiene la misma fuerza que al inicio.
Mientras esto sucede, no hay una fuerza estudiantil unida que pida al Consejo Nacional Electoral (CNE), por ejemplo, que incorpore a su delegado en el Consejo de Educación Superior, cuyo puesto está vacío desde el 2014. El CNE espera designar al nuevo miembro en agosto, según su cronograma.