Sobre la carta de la empresa Chevron

Juan Pablo Sáenz Mena. Abogado del caso Texaco

Con indignación he leído la carta del señor James Craig, representante de Chevron, en la cual critica al libro ‘Las palabras de la selva’, del instituto universitario español Hegoa, y al editorial que escribiera Jaime Bejarano en Diario EL COMERCIO. 

La virulenta diatriba que Craig hace de la labor científica del Hegoa guarda perfecta coherencia con la estrategia de Texaco: atacar, desvirtuar y descalificar a cualquier persona que ose cuestionar su versión sobre la contaminación dejada por la petrolera en la Amazonia.

Muchas son las personas e instituciones objeto de las campañas de descrédito de Texaco: fundaciones ambientalistas, cadenas de noticias como CNN y CBS, científicos de irreprochable reputación, juristas, Fiscalía, Procuraduría y Contraloría.

Otro ardid consiste en desviar la atención de los temas relevantes. Craig menciona en su misiva a personas que nada tienen que ver con el juicio ni la investigación de Hegoa y esgrime argumentos pseudocientíficos sobre el cáncer que son copiados de la defensa de la industria tabacalera, buscando cuestionar lo incuestionable. 

El argumento central de Craig, según el cual las encuestas en las que se basa buena parte de la obra carecen de valor real, demuestra  un gran desconocimiento de metodología científica, así como un profundo desdén por las personas que han sufrido los abusos de Texaco. 

Personas que luchan diariamente por sobrevivir en un ambiente brutalmente contaminado no deberían escuchar de boca de representantes de la petrolera que sus dolencias son imaginarias. 

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