La Calacalí-La Independencia es la vía de acceso a Quito menos transitada (3 650 vehículos al día), pero en la que más personas pierden la vida en accidentes. De las cuatro carreteras que conectan a la capital con el país, esta es la única que registra un aumento del número de fallecidos, de lesionados y de siniestros.
Cinco personas murieron en el 2014, pero el año pasado aumentó a 24. En ese mismo período pasó de registrar 72 accidentes de tránsito a 192, un aumento del 167%.
Es además la vía con mayor número de muertes en ese tipo de siniestros. Los accidentes más graves ocurren cuando un auto pierde pista y se precipita más de 200 metros al abismo.
El resto de vías, la Panamericana Norte, la Alóag-Santo Domingo y la Papallacta- Quito, mantienen las cifras con ligeros incrementos o descensos. Solo la Calacalí- La Independencia registra un pico alarmante. ¿Por qué?
Hasta el mes pasado, la vía estaba descuidada. No había líneas divisorias de carriles, las barandas de seguridad estaban destruidas y la maleza cubría los letreros y las cunetas. Hoy la imagen es otra: está recién bacheada y con señalización horizontal y vertical nueva.
Solo desde Calacalí hasta Nanegalito se cubrieron alrededor de 700 huecos, aunque un par de decenas volvieron a aparecer, especialmente en el kilómetro 38.
Para Alfredo Viteri, experto en movilidad, el estado de la calzada no es el único motivo de su peligrosidad. Están la geografía, el clima y la irresponsabilidad.
Los kilómetros 41 y 43 son los más peligroso de todo el trayecto hasta Nanegalito, debido a sus curvas pronunciadas. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO
Los derrumbes son otro de los problemas de esta carretera. La falta de mantenimiento en las cunetas de coronación de las montañas (especie de terrazas que encauzan la lluvia) hace que el agua se filtre y afloje la tierra, sobre todo en el km 47. A las 16:30 del lunes, a pesar de la lluvia, no se registraron desmoronamientos, pero sí vehículos que circulaban a más de 80 km/h sobre el pavimento mojado.
Con las luces apagadas, una camioneta Mazda rebasó a un bus interparroquial en una curva donde la línea amarilla no estaba entrecortada y donde no se debe circular a más de USD 60 km/h. Ningún auto circulaba en el otro carril, de lo contrario, la historia se hubiese repetido: sirenas, ambulancias y fierros retorcidos.
Precisamente, un informe del Ministerio de Obras Públicas detalla que de los 192 accidentes ocurridos el año pasado, 59 sucedieron por conducir a exceso de velocidad y por estar desatento a las señales de tránsito.
Según el Ministerio, el principal problema de la vía es el rápido deterioro en la carpeta asfáltica debido a un sistema de drenaje ineficiente.
Las barandas que bordean la vía en las curvas fueron totalmente renovadas. Pero cuatro ya lucen golpeadas: se ubican en los giros más peligrosos del trayecto, entre los kilómetros 41 y 43. En esa zona se ubica la entrada a la Reserva de Orquídeas El Pahuma y es habitual escuchar no solo a las aves, sino el frenazo de los autos.
Roberto Lima, de 42 años, es el encargado de notificar al ECU 911 si ocurren novedades. Él es guardián de la carretera desde hace dos años y le ha tocado ser testigo de este mayor número de accidentes.
Lima fue capacitado por el Consejo Provincial y la Policía para saber cómo reaccionar frente a un problema. Dice que conoce de memoria la ruta y que le basta ver una baranda rota o ligeramente golpeada para saber si un auto se estrelló o si se fue al barranco.
La vía es zigzagueante, estrecha, con un solo carril de ida y otro de vuelta, y en invierno una espesa capa de neblina impide ver con claridad la montaña empinada que la imita por un lado y el abismo que la acompaña por el otro.
Mientras llegan las autoridades al lugar del accidente, Lima analiza el terreno y busca la zona más adecuada para descender. Ha visto fallecidos y ha rescatado decenas de heridos en los cerca de 50 accidentes graves en los que ha colaborado.
Sabe que a los fallecidos no los puede tocar porque de ellos se encarga solo Medicina Legal. Lima cumple con un oficio ‘familiar’, ya que su padre Efraín, con 83 años y dueño de ese terreno, siempre colaboró con las autoridades en los accidentes que ha presenciado y que, al parecer, seguirán ocurriendo en su propiedad.
Vialidad
Los siniestros de tránsito aumentaron en 167% en la vía Calacalí-La Independencia.
En contexto
Hace dos años, la vía pasó a cargo del Ministerio de Obras Públicas. Antes se encargaba de ella el Consejo Provincial. La vía conecta cuatro parroquias rurales (Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto ) y tres cantones de Pichincha.