Carlos Lesmes: ‘Hay que preparar al juez ante la nueva criminalidad’

Entrevista a Carlos Lesmes, presidente del tribunal supremo de España. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Entrevista a Carlos Lesmes, presidente del tribunal supremo de España. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Entrevista a Carlos Lesmes, presidente del tribunal supremo de España. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Para el presidente del Tribunal Supremo de España, Carlos Lesmes, los jueces de localidades pequeñas deben pasar los casos complicados a Quito o a Guayaquil para evitar presiones.

Desde el 27 de enero, Ecuador vive una ola de violencia: cuatro militares muertos tras un ataque, un equipo periodístico secuestrado y asesinado, dos civiles que todavía siguen plagiados. ¿Qué hacer?

En una sociedad pacífica, en la que no existen estas condiciones violentas, estos primeros hechos producen un impacto social enorme. Se genera un fenómeno de atemorización y de miedo colectivo. Eso es difícil eliminar y precisamente por eso los movimientos terroristas son tan eficaces. Pero sí se puede afrontar.

¿Cómo hacerlo?

En España, durante casi cuatro décadas, tuvimos un fenómeno terrorista que golpeaba donde menos se esperaba; golpeaba a personas inocentes, en los lugares menos sospechados. Entonces, la sociedad tiene que armarse y para eso es importante tener un sistema judicial-legal adecuado para esa situación, que es distinta a la criminalidad ordinaria. El sistema judicial no está acostumbrado a afrontar una criminalidad de esta naturaleza, tampoco lo están las fuerzas del orden, cuyos sistemas de investigación son para una delincuencia común.

En el caso de la justicia, ¿cómo acoplarse a la nueva realidad?

Los jueces deben tener una preparación especial, porque en este momento están acostumbrados a una delincuencia ordinaria y no a este tipo de delincuencia, que puede aterrorizar al propio juez. Por lo tanto, en España llevamos el enjuiciamiento de estos delitos a la capital, a Madrid. No lo dejamos en el País Vasco, en donde se estaba produciendo.

¿Qué se logra con eso?

Era necesario preservar a los jueces del País Vasco, porque estaban sometidos a una presión enorme y podían tener miedo a ejercer sus funciones.

Entonces, ¿estos juicios no deben ser tratados por jueces y fiscales locales?

Es mejor que los jueces locales no traten estos juicios. En este caso, las causas deberían pasar a Quito o a Guayaquil, porque el juez de Quito es mucho más anónimo que uno que está en una pequeña población, en donde está perfectamente custodiado. Eso lo hace más vulnerable a ser objeto del propio crimen o de presiones de cualquier naturaleza.

Ahora, ¿cómo y en qué especializar a los jueces?

Hay que prepararlos en este nuevo tipo de criminalidad. Requiere técnicas de investigación diferentes. El mismo interrogatorio de un delincuente común no es igual al interrogatorio de un terrorista. El mecanismo de celebración del juicio es diferente. El juez que está en la lucha antiterrorista tiene que ser más entrenado para situaciones de tensión, que el juez ordinario.

¿En qué más?

Este es un juez que además debe estar especialmente dotado de medios de investigación, de unidades especializadas. No se puede dotar a jueces de todo el país de medios específicos para tratar estos casos, porque el propio Estado no podría sostenerlo. Pero si tenemos solo uno, dos o tres tribunales es más fácil protegerlos y blindarlos de mejor manera, para evitar que sean objetos de atentados.

¿Lo que usted plantea es crear un grupo especial?

Eso es. Dotarles de medios y protegerlos al máximo. Además, los mecanismos de coo­peración judicial internacional tienen que ser mucho más vivos y ágiles, hay que tener contactos más frecuentes con unidades judiciales de otros países, con fuerzas del orden público de otras naciones. Eso se logra cuando los tienes concentrados, cuando son pocos.

¿También hay que crear unidades especiales de la fuerza pública?

La Policía y el Ejército deben tener sistemas de información muy perfeccionados de infiltración y obtención de pruebas, porque si no es muy difícil atacar. En España, a lo largo de estas décadas, hasta que no se consiguió un eficaz sistema de información y de penetración en la organización terrorista, no se pudo acabar con los terroristas, porque se ocultan con facilidad, golpean excepcionalmente y desaparecen, usan personas distintas. Entonces, los sistemas tradicionales de investigación suelen fracasar ante este tipo de criminalidad.

Ahora, ¿alias ‘Guacho’ y su red son terroristas o realizan actos terroristas?

Al menos por lo que he revisado no se sabe si es delincuencia organizada, si tiene motivación política o no. Entonces, no está claramente definido. Cuando lo esté, la forma de atacar hay que adecuarla a la realidad a la que nos enfrentamos. Por ejemplo, en el caso del ETA, en España tuvo una gran importancia cerrar las fuentes de financiamiento, pues estos grupos necesitan mucha cantidad de dinero para mantener su operatividad. Por eso digo que se requiere una lucha diferente a otras organizaciones criminales.

Frente a todo esto, ¿cuán importante es que los países se unan en esta lucha?

La colaboración internacional es básica. En España, los primeros años hubo poca colaboración de los Estados europeos y esto facilitaba la operación de los comandos, pues se pasaban las fronteras y había impunidad. Hay que reforzar el mecanismo de colaboración entre Estados, colaboración judicial y policial.

Datos

Trayectoria.
Lleva 35 años de profesión en el área judicial. Es presidente del Tribunal Supremo de España y presidente del Consejo General del Poder Judicial de esa nación.

Su idea.
Los jueces deben tener preparación especial para afrontar delitos de narcotráfico, que son diferentes a los casos de delincuencia común. También hay que pasar esos casos a la capital, para evitar la presión sobre los jueces locales.

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