El barrio de Carlos Gruezo se silenció con el gol de la victoria de Suiza

familia Carlos Gruezo

familia Carlos Gruezo

En Quinindé, la familia de Carlos Gruezo se mostró nerviosa antes del partido de Ecuador frente a Suiza. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO

Si un barrio tuviera rostro sería el de la derrota. Ese rostro apareció en el barrio Río Malecón de Quinindé, al finalizar el partido de Ecuador contra Suiza, este domingo 15 de junio del 2014.

En esta barriada, de una sola calle semiasfaltada, nació y se crió Carlos Gruezo, uno de los más jóvenes seleccionados de Ecuador, que perdió el partido en los últimos segundos ante Suiza.

La veintena de parientes y amigos concentrados frente a un televisor de pantalla plana bajó la cabeza ante el segundo gol de la victoria suiza. Todos enmudecieron.

Unos gritaban de dolor, otros zapateaban sobre la arena del pavimento, otros se tomaban de la cabeza, otros balbuceaban irá y rabia. Otros se resignaron y se consolaban con que faltan dos partidos más, contra Honduras y Francia, los otros del grupo E del Mundial de Fútbol Brasil.

Carlos Gruezo, padre del joven seleccionado, se entristeció. La alegría del primer tiempo se esfumó.

El barrio Río Malecón, en el cantón de la provincia de Esmeraldas, en el norte de Ecuador, volvió a la algarabía que se apagó, mientras se desarrollaba el primer partido de Ecuador en el mundial. También se apagó la música de la Selección.

Río Malecón es un barrio que nace al filo del torrentoso Río Quinindé, donde Carlos Gruezo hijo se bañaba de pequeño.

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