Redacción Ibarra
El viento helado mece las plantas de alcachofa en San Luis de Mira (Carchi). Julio Palma recorre su cultivo de una hectárea en una pendiente húmeda.
Mira se levanta en una zona montañosa fría, donde el río es aprovechado para el riego. La alcachofa crece cerca de los cultivos de papa, maíz y haba.
“Tenía previsto sembrar cinco hectáreas más, pero la sequía me obligó a aplazar el proyecto”. Palma, que ha dedicado 45 de sus 59 años a la agricultura, conoció hace cinco años a esta hortaliza, cuyos frutos parecen pequeños repollos.
Aunque nunca los ha comido está cautivado por esta variedad que se siembra en los campos de Carchi.
Medardo Cadena, presidente de la Asociación Agroindustrial San Isidro, del cantón Espejo, asegura que en su localidad se concentra la mayor producción. La variedad llegó primero al cantón Mira, pero luego se fue extendiendo a Espejo y a Tulcán. “Actualmente hay 80 hectáreas sembradas de alcachofa solamente en Espejo”, dice Cadena.
“Una de las ventajas de este cultivo es que tiene asegurado el mercado y el precio no varía”, asegura Palma. Es por ello que este producto no tradicional se convirtió en una alternativa frente al cultivo de la papa, que dominaba la región. La siembra del tubérculo tiene problemas con frecuencia por la presencia de plagas y hongos, lo cual obliga a usar muchos agroquímicos, y el precio es muy volátil.
“Mientras el kilo de la alcachofa (de dos a tres frutos) cuesta USD 0,40, el precio de la papa siempre es inestable”, dice el agricultor Cadena.
Pese a que ahora el productor recibe USD 13 por el quintal de papa, Cadena recuerda que hace dos años era más caro cosechar que vender, por el exceso del tubérculo. En Carchi hay 7 000 hectáreas de papa. Eso provocó que la mayor producción se pudriera en las parcelas. Así que los campesinos se interesaron por el cultivo de la alcachofa.
Los productores del Carchi recuerdan que Francisco Noboa, funcionario de la Industria Nacional Agroexportadora (Inaexpo), una empresa adjunta a Pronaca, les vendió la idea.
A César Quintero, un campesino de San Isidro, le pareció que era uno más de los proyectos que se impulsan y luego no prosperaría. “Antes nos invitaron a producir cebada, pero ese plan fracasó”. Sin embargo, se arriesgó. Se anotó entre los interesados para recibir las plantas, el abono y el asesoramiento a cargo de Inaexpo. Ahora, como todos los productores de alcachofa de Mira, Espejo y Tulcán, Quintero entrega su cosecha cada miércoles en La Botijuela, un centro de acopio, en El Ángel.
En este sector también se cosecha. La alcachofa está en las partes altas y planas.
Ese día es el más agitado para los campesinos. A las 06:00 varias cuadrillas de trabajadores recogen las alcachofas, que crecen escondidas en las plantas.
Finalmente, entre las 14:00 y 21:00 entregan la producción a los representantes de la Industria Nacional Agroexportadora. Cadena calcula que de Carchi salen 15 toneladas semanales. El producto va a Quito. Allá se procesa y se exporta como producto enlatado hacia Estados Unidos y Holanda.
Los campesinos cuentan que una hectárea de sembradío de alcachofa produce un promedio de 500 kilos cada ocho días.
Palma explica que es una planta perenne que da sus frutos luego de tres meses de haber sido sembrada. De ahí en adelante se tiene que cosechar el producto cada semana. “Una de las exigencias de los compradores es que el fruto no esté maduro, pues el corazón de la alcachofa se torna fibroso y no es apto para el consumo”.
Los socios de la Asociación Agroindustrial San Isidro consideran que es un producto en constante expansión. “Sabemos que hay una demanda internacional. Nos dijeron que se necesitan, al menos, 3 000 hectáreas de sembríos de alcachofa para satisfacer al mercado mundial”, comenta Cadena.
Las siembras
El principal enemigo de la planta de alcachofa es la mosca negra, mejor conocida como la Cuca. Los insectos atacan a los frutos y no les permite desarrollar, lo cual hace perder la producción a los campesinos.
La alcachofa es un vegetal que requiere de riego permanente. Se desarrolla entre los 2 800 y 3 300 metros sobre el nivel del mar. La planta requiere siempre de agua.
Esta planta es reconocida, además, por su alto poder alimenticio. Posee vitaminas A, B y C. Proporciona calcio y hierro.
No se tienen datos de la siembra de alcachofa en el país. Se conoce que se cultiva, además del norte del país, en Cotopaxi. La producción se comercializa para la exportación. El consumo interno es bajo.