Interesante como el mundo cambia de manera insospechada. Olviden a Naciones Unidas, Green Peace, Human Rights Watch y otras organizaciones por el estilo. Hoy son algunas de las mayores empresas capitalistas globales las más eficaces defensoras de los derechos humanos y la naturaleza. Dos ejemplos muy ilustrativos:
Google Inc., la compañía de búsquedas en Internet y una de las mayores transnacionales de la nueva economía de la información, acaba de amenazar con cerrar su página Web y sus oficinas en China, luego de haber registrado un muy sofisticado ataque a su infraestructura informática con la aparente intención de acceder a cuentas de correo electrónico e información de activistas que promueven los derechos humanos en ese país.
Si bien Google no ha acusado directamente al Gobierno chino, la mayoría de observadores coinciden en que es el responsable, en razón de los extendidos esfuerzos que realiza para controlar, con fines políticos, la información que circula en la Red.
Dependiendo cual sea el desenlace, Google podría quedar marginado de un mercado de mucho potencial futuro pero, al mismo tiempo, los ciudadanos chinos verán limitado su acceso a la infraestructura tecnológica de Google, que cada día se vuelve más importante para el desarrollo de pequeños negocios en ese país.
La movida de Google ha generado una enorme atención mediática y ha puesto en mal predicamento al Gobierno chino, un objetivo rara vez alcanzado por otras instituciones que tradicionalmente han sido consideradas como las ‘adalides’ de la lucha por los derechos humanos en el mundo.
El segundo caso interesante es el de la superproducción cinematográfica de ciencia ficción titulada ‘Avatar’, que cuenta la historia de una generación futura de humanos en pleno proceso de colonización de un planeta distante -habitado por una civilización ‘menos avanzada’- con el fin de explotar sus recursos naturales.
El conflicto épico que desarrolla la película envía un poderoso mensaje sobre la importancia que tiene el cuidado de la naturaleza y sobre el respeto que merecen los pueblos y culturas que poseen valores y estilos de vida ‘distintos’.
La producción de los estudios 20th Century Fox, de propiedad de News Corp., uno de los conglomerados de medios privados más grandes del mundo, es hoy la película de mayor facturación de la historia y será vista por cientos de millones de personas.
‘Avatar’ está logrando promover un mensaje conservacionista con mucha mayor eficacia que cualquiera de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales dedicadas a ese fin.
Estos ejemplos prueban que, al contrario de lo que presume la sabiduría convencional, el “capitalismo del siglo XXI” puede perfectamente conciliar el ánimo de lucro con la promoción de los valores de la humanidad.