Comerciantes y consumidores del cangrejo rojo aprovechan al máximo el último día de la venta del crustáceo, previo a la veda que empieza este viernes 15 de agosto en todo el país. Esta veda, la segunda y última del año, se extiende por un mes y se ejecuta para precautelar la salud del consumidor. En este tiempo, el crustáceo empieza a mudar de caparazón y, en ese proceso, genera toxinas.
En el Mercado Caraguay, en el sur de Guayaquil, hasta donde desembarca el grueso del crustáceo que se consume en la ciudad, hubo un frenesí de comerciantes a lo largo del jueves 14 de agosto.
Desde muy temprano, los cangrejeros desembarcaban desde las lanchas los últimos cargamentos de cangrejos para su venta. En el muelle frente al desembarcadero los comerciantes del crustáceo negociaban con los cangrejeros el mejor precio de la plancha (atado de cangrejos). Durante el último día de su venta, la plancha de cangrejos de 45 unidades se cotizó en USD 40, mientras que la plancha de 52 crustáceos se vendía en USD 52, en promedio.
José Vera no se daba abasto. Él es uno de los 40 miembros de la Asociación de Estibadores de Cangrejos, y la víspera de la veda trabajó más que cualquier día. “Todo el mundo quiere comprar el último día”.
Los estibadores se encargaban de trasladar, al hombro, las planchas de cangrejos desde las lanchas hasta el muelle de la Caraguay, un fétido canchón donde se tranzan los mejores precios.
La actividad se mantuvo así en la Caraguay hasta pasadas las 20:00.
En otro punto de la ciudad, en la ciudadela Sauces 6, en el norte de la urbe, las ollas de los cangrejales empezaban a humear desde las 15:00.
Aunque los tradicionales cangrejales están repartidos por toda la ciudad, en Sauces 6 se concentra probablemente la mayoría de ellos. Al menos 12 locales se abastecieron el jueves con una cantidad de cangrejos superior a la acostumbrada, para enfrentar la marea de comensales que preveían recibir.
Fernando Gordillo, administrador del cangrejal El Salsero, instaló más mesas pronosticando un incremento de los clientes. “La víspera de las vedas siempre es así, la gente come cangrejo hasta el último día”.