El cáncer burocrático para sacar pasaporte

En los últimos días he podido constatar que el cáncer burocrático se encuentra activo en nuestro país, para desgracia de los ecuatorianos. Acudí con mi hija, menor de edad, a obtener un nuevo pasaporte.

Para nuestra sorpresa, nos vimos obligados a aplazar el trámite y justificar nuevas ausencias al colegio y trabajo debido a que su cédula, absolutamente vigente, contenía erróneamente una letra “N” en el apellido, en lugar de la (correcta) “Ñ”.

En la entrada encontramos un insólito aviso que exige, como requisito previo a la obtención del pasaporte, la “actualización” de cédulas a todos los ciudadanos con apellidos que contengan la letra Ñ, afectados por el mismo problema.

La pregunta es, ¿cuál fue el idiota que autorizó el sistema de digitación sin incluir la letra Ñ? ¡Hasta cuándo señores del Registro Civil! Otro desagradable caso me ocurrió al presentarme para renovar la licencia de manejo: miércoles, a las 11:30 de la mañana, en la Jefatura de Tránsito de la av. Occidental, ya no había “cupos” para dar el examen, ni las consabidas especies.

Me dirigí entonces a la UVN, en el sector de los Parques del Recuerdo, donde se me informó que se entregan únicamente 120 cupos diarios para los cuales hay que acercarse a la garita de entrada a “primera hora” de la mañana.

Insólitamente, resulta menos problemático continuar manejando con la licencia caducada y listo.

Y qué decir de la revisión y matriculación vehicular…

¿Hasta cuándo señores de la Policía de Tránsito?  Para colmo, vivo y trabajo en el valle de Tumbaco donde es imposible realizar estos trámites. ¿Llegará el día en que nos dejen de joder con esta aberrante cultura de complicar y “trabar” todo trámite?

Vivimos en el país del “nunca jamás”, gracias a la maldita burocracia.

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