El sábado, la Policía cercó la zona en donde se produjo la explosión. Ayer, una mujer y su hijo caminaban por el sector. Foto: EL COMERCIO
En San Lorenzo la investigaciones ahora apuntan a la ruta que hizo el vehículo usado en el atentado del sábado 27 de enero del 2018. Ayer (miércoles 31), oficiales de la Policía revelaron que el auto fue reportado como robado. Eso se identificó al revisar el número del motor del auto, lo único que quedó tras el estallido.
Esa pieza fue hallada a más de 50 metros del comando policial. Ahora, lo que se quiere determinar es cómo llegó la camioneta al destacamento.
Para rastrear la ruta, las autoridades utilizan las grabaciones de 16 cámaras del ECU911 que operan en San Lorenzo. La información de los aparatos fue entregada el mismo día que se produjo la detonación
Este 31 de enero del 2018, Andrés Sandoval, director del ECU911, reveló a este Diario que hay imágenes captadas antes, durante y después de la explosión. Pero aclaró que ninguna cámara fue colocada en los exteriores del cuartel. La Policía confirmó que no hay equipos instalados cerca del comando oficial.
Las únicas grabaciones que tienen de ese día son las que se registraron desde una cámara que está en la garita principal. Allí se observa cómo el policía de guardia se agacha y se protege de vidrios. Luego corre.
Esas imágenes reposan en la investigación fiscal. Otro de los elementos que están en manos de los agentes es el parte policial de los hechos.
Según la Fiscalía de San Lorenzo, allí se registró la hora del ataque y el número de heridos. Y se detalló cuántos agentes estuvieron dentro del cuartel esa noche. En San Lorenzo existen 180 uniformados.
De ellos, ocho resultaron con heridas leves tras el ataque. Ellos fueron atendidos en el hospital Divina Providencia.
Javier Gómez, director distrital de Salud, recordó que dentro de las evaluaciones a los gendarmes se indicó que cuatro estaban en el edificio que soportó el impacto y otros cuatro en otras instalaciones.
Este miércoles 31 de enero, agentes expertos en explosivos inspeccionaron el Municipio de San Lorenzo. Foto: EL COMERCIO
Otro hecho que se confirmó ayer fue que en la torre de control del cuartel había agentes vigilando. Sin embargo, se desconoce por qué no detectaron el momento en que los desconocidos abandonaron el auto.
Esa infraestructura está destruida por el impacto y los peritos de EE.UU. y de Colombia ahora la están analizado.
En el barrio Las Delicias, sector que resultó más afectado, los vecinos tienen otra versión. Ellos dicen que no había policías en la torre y niegan que hayan sido alertados de un posible “remezón”, como sí se dijo en otros sectores. Por eso quieren que el caso se aclare y han acudido a la Fiscalía local para conocer qué ocurrió exactamente el pasado sábado.
Pero la indagación la manejan desde Quito. Este miércoles, una fiscal de San Lorenzo dijo que no tiene el expediente y que hay un equipo de la Fiscalía General que ha llegado al lugar.
En Quito, el ministro del Interior, César Navas, señaló que la Senain alertó de posibles represalias. “La alerta no iba a decir oye, mañana te van a poner una bomba, eso no’. Sabíamos que iba a ver una reacción por parte de estos grupos (disidentes) en torno a las acciones que habían existido en territorio”, señaló.
Tras el atentado del sábado, el director de la Senain, Rommy Vallejo, aseguró que el sistema de Inteligencia “ya venía trabajando” en el cantón esmeraldeño y eso originó capturas de disidentes de las FARC semanas antes al ataque. Por eso sabían que podían ocurrir “represalias”.
Ese sábado, a Vallejo se le consultó si conocía la dimensión de esas posibles represalias y respondió que no. “Si hubiéramos tenido ese tipo de información, no hubiéramos dejado que (el atentado) pase”.
Con esos antecedentes, el Ministerio del Interior intensificó los controles y envió más personal a la frontera.
En la Asamblea también tienen interrogantes alrededor de este tema. La Comisión de Seguridad “acordó” que Vallejo comparezca el 6 de febrero.
Sobre la ubicación de alias ‘Guacho’, el posible perpetrador del ataque, las investigaciones también avanzan.
Los agentes informan que inteligencia militar y Fuerzas Especiales rastrean al insurgente. Militares colombianos también lo buscan.
Existe información de que está oculto en las montañas de Nariño, departamento colombiano donde tiene injerencia.
Es por eso que los peritos colombianos realizan estudios de los detonantes que fueron instalados en el carro bomba.
En esos análisis se conocerá si los explosivos fueron traídos desde el vecino país.
Mientras tanto, la seguridad en San Lorenzo se incrementa. Incluso el ECU911 realiza estudios técnicos para instalar 12 cámaras más. El lunes fue instalada una en frente del comando policial.
La vigilancia policial y militar en San Lorenzo es permanente. Los uniformados recorren en patrulleros y a pie las calles de esa localidad fronteriza de Esmeraldas.
Uno de los puntos con mayor monitoreo es el cuartel policial afectado. Solo en la garita principal hay seis uniformados. Equipados con armas y chalecos antibalas, los agentes están pendientes de los vehículos que se estacionan alrededor del comando y de las personas que transitan por el sector.
El acceso a las instalaciones policiales es limitado. Vallas de metal y cintas de plástico restringen el paso de los carros.
En la parte posterior, en donde fue la explosión, tres uniformados impiden que las personas ingresen caminando.
En contexto
El atentado del sábado se produjo a la 01:40. Hubo 28 heridos, entre agentes que dormían en el comando y civiles de las casas contiguas. Ninguno tenía heridas graves. Desde entonces, los damnificados duermen en un albergue que se adaptó en la iglesia.