Desde el 5 de enero el Municipio iniciará la construcción del Paseo de las Siete Cruces. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
El 2018 se inicia con un nuevo reto para el Centro Histórico: la peatonalización. A partir de este viernes 5 de enero de 2018, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) arrancará los trabajos para construir el Paseo de las Siete Cruces.
Este proyecto, que forma parte del denominado Plan Maestro de Movilidad Sostenible, incluye la unificación de la calzada y las aceras en las calles García Moreno y Chile.
Los objetivos de la obra, según Angélica Arias, directora del IMP, son dar preferencia a los peatones, mejorar la calidad del aire y reducir las vibraciones que afectan al patrimonio del corazón de Quito.
Es por eso que se restringirá la circulación vehicular en la calle García Moreno, desde la Mejía hasta la Bolívar. También se cerrará la calle Chile, desde la Cuenca hasta la Imbabura.
En esos dos tramos se retirarán los bolardos y se colocarán adoquines especiales, todos al mismo nivel. En el proyecto también se incluirán áreas especiales diseñadas para personas no videntes. La intervención durará aproximadamente tres meses y supone una inversión de USD 400 000, según información del IMP.
Paralelamente, ConQuito y Quito Turismo trabajarán con los comerciantes del sector, para mejorar la imagen urbana de sus locales y generar incentivos para los negocios.
Sin embargo, entre varios dirigentes y vecinos hay incertidumbre sobre las implicaciones del proyecto. Así lo señaló Ricardo Sánchez, gerente del Restaurante San Ignacio y representante de los comerciantes del sector. Sánchez aclaró que ellos no se oponen a la peatonalización, pero consideran que no es el momento idóneo para hacerlo, ya que aún no se termina la construcción del Metro de Quito. “Esto va a provocar que la gente no quiera venir al Centro Histórico por la complejidad de llegar y, simplemente, van a ir a otro lado”, manifestó el dirigente.
La directora del IMP sostuvo que el plan de peatonalización se dilató durante varios años. Incluso, recordó que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) recomendó a la ciudad implementar un plan de este tipo, para resguardar su patrimonio.
Actualmente, en el Centro ya existen algunas calles exclusivas para peatones, como la Chile, Espejo y Sucre. La idea del Paseo de las Siete Cruces es implementar una ruta longitudinal, que se una a estas tres calles, para conformar un solo circuito de vías para peatones.
Durante esta Administración, también se peatonalizaron las calles Flores y Manabí, cerca del Teatro Sucre.
Desde hace más de cuatro años, Héctor Velásquez tiene su negocio de venta de artículos de costura en la calle Chile, frente a la iglesia de La Merced. El comerciante teme que con la peatonalización se complique el ingreso de mercadería a los diferentes locales. “Eso no sabemos cómo se modificará. Solo nos dejaron un folleto informando del inicio de los trabajos”, aseguró.
Como parte del proyecto, Arias dijo que se construirán nuevas rampas de acceso y se habilitará una bahía adicional de estacionamientos.
Al respecto, la concejala Daniela Chacón considera que no hay que tener miedo a la peatonalización. La edil afirma que siempre se genera una percepción de que estos procesos afectarán al comercio.
A su criterio, el hecho de que ya no pasen autos no implica una afectación a los negocios. “Al contrario, en todas partes del mundo se ha demostrado que un mayor flujo de peatones permite un incremento en las ventas”, subrayó.
Según Chacón, la implementación del Paseo de las Siete Cruces es un paso importante para convertir al Centro Histórico en un espacio peatonal y amigable con el ambiente. Pero también afirma que la peatonalización de dos calles no resolverá los problemas de fondo que existen en esa parte del Distrito Metropolitano.
Justamente, ese es el pedido de Sánchez y de otros comerciantes, que en su día a día han evidenciado cómo las ventas informales y la inseguridad -especialmente en las noches- afectan a la imagen del sector. “Nosotros no estamos oponiéndonos al plan. Pero creemos que hay otros factores que deben ser corregidos antes de implementarlo”.
Mientras se ejecuten los trabajos, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) desplegará a 43 efectivos para gestionar la movilidad durante los cierres viales. Ellos realizarán desvíos por las calles Guayaquil y Benalcázar. Otras vías alternas serán las avenidas Mariscal Sucre y Pichincha.