El compañero de equipo y mejor amigo del cabo Luis Tixi tiene cuatro patas y nombre de superhéroe. Calimán, un pastor alemán de tres años, es nada menos que el rescatista estrella del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional de Chimborazo (GOE).
El perro pertenece a la Unidad de Rescate de Víctimas, una de las tres especialidades de adiestramiento para los policías caninos. La búsqueda de narcóticos y el control del orden público son las otras dos opciones.
Calimán cumple su trabajo con seriedad y no se entretiene con los halagos de la gente que lo mira en acción. Cuando su guía, Luis Tixi, le ordena buscar el cuerpo de una persona perdida entre los escombros, las torrentosas aguas de un río o la lejanía de los páramos, el can no se detiene hasta cumplir con su misión.
La recompensa después de un buen trabajo siempre es la misma: un abrazo de su ‘body’ (compañero de equipo), y una ración de su alimento favorito. “Es el orgullo más grande. Me llena de emoción trabajar con un amigo tan fiel y sobre todo con un buen elemento del GOE”, afirma Tixi.
Él fue asignado como compañero de Calimán cuando el perro era cachorro. Tenía cerca de un año y era parte del grupo de aspirantes caninos.
“Antes de seleccionar a los canes que van a formar parte de la Unidad Canina hacemos un test, donde observamos la reacción y capacidad del perro. Así determinamos si es un elemento apto para la Policía”, explica José Vallejo, capacitador del tercer curso de Operaciones Tácticas Caninas que se dicta en el GOE.
Para poder formar parte del grupo, Calimán tuvo que adiestrarse durante un año y medio. En los ejercicios, su guía le enseñó a ubicar a las personas perdidas de acuerdo a un aroma específico, también aprendió a recorrer por terrenos de difícil acceso y a seguir siempre las instrucciones de sus superiores.
Solo seis canes lograron obtener el alta del curso de adiestramiento, es decir que fueron ascendidos a miembros oficiales del GOE de la Policía Nacional. Todos los días los perros y sus guías se preparan con una rutina de ejercicios en los patios posteriores del GOE, situado en Guano, un cantón ubicado a 10 minutos de Riobamba, en Chimborazo.
Calimán fue uno de los mejor puntuados, se graduó hace seis meses. Desde entonces ha mantenido una destacada actuación en todas sus intervenciones; de hecho, logró ocho rescates positivos.
El más reciente ocurrió hace un mes en la andina provincia de Bolívar. Tres personas fueron arrastradas por el río Changuil Dulcepamba cuando intentaban evacuar de su comunidad San Pablo de Amalí.
Dos días de búsqueda por aire y tierra no daban resultados, hasta que llegó Calimán. “El terreno era de difícil acceso, las aguas del río aún estaban embravecidas y era una misión peligrosa”, recuerda Tixi.
El perro cruzó ríos y terrenos inundados, hasta que nueve horas después con ladridos alertó a su guía de su hallazgo. El cuerpo de Elizabeth Cuji fue el primero en ser encontrado y cinco horas después halló a Carmen Quinatoa y a su hijo Elquis Albuja.
A pesar de que lamentablemente los tres fueron encontrados sin vida 12 kilómetros río abajo, los familiares llamaron héroe al rescatista canino. “Estábamos desesperados por encontrar a mi esposa. Las autoridades solo nos decían que esperemos y no nos daban resultados. Por eso hasta quisimos hacer un grupo para buscar por nuestra cuenta”, recuerda Vicente Albuja.
Ese fue uno de los rescates más difíciles anotados en el currículo de Calimán. Pero también ha participado en otros que han causado conmoción en la ciudad, como la búsqueda de Danny, un niño de tres años que fue empujado por su madre al canal de riego.
Los seis canes que integran la Unidad Canina no solo son considerados miembros del Grupo de Operaciones Especiales, sino también activos fijos de la Policía Nacional. Todos reciben atención veterinaria periódica, comida balanceada para una buena nutrición y sus guías mantienen estrictos cuidados para evitar que los animales se enfermen.