Redacción Sociedad
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El proyecto de reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior ha generado polémica. René Ramírez, secretario nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), responde y pide a los universitarios ser más autocríticos.
¿Por qué poner en duda a la universidad ecuatoriana al intentar tomar pruebas de fin de carrera y exámenes habilitantes a sus graduados?
Hoja de vida
René Ramírez
Trayectoria. Es economista, con maestrías en Economía del Desarrollo del Institute of Social Studies, La Haya – Holanda; y de Políticas Públicas por la Flacso, México. Postgrado en metodología cuantitativa, en la U. de Michigan…
Su pensamiento. Los rectores no deben ser juez y parte del sistema y deben dejar su espíritu de cuerpo.
Las pruebas no son para evaluar al estudiante sino a la carrera. La propuesta dice que si en tres años consecutivos, el 60% de los alumnos no pasa, esta se elimina. Por años, la distribución de recursos ha dependido de la cantidad de carreras. Por eso hay hasta una ingeniería en cosmetología.
¿Esos títulos no servirán?
Al final se estafa al estudiante y nadie ha regulado eso, que le correspondía al Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup). Queremos transparentar todo y poner en tela de duda lo que hacen ciertas universidades. Recordemos lo de la Universidad Cooperativa de Colombia del Ecuador (UCCE), la Jefferson… El Rector de la primera fue parte de la asamblea del Conesup. Era una compra de títulos, creo en el principio de la sospecha dada la calidad de universidad que tenemos.
¿De qué otra manera se evaluará a las universidades?
Habrá una categorización, un ‘ranking’ de carreras, una tipologización, las research university o ligadas a la investigación y las de enseñanza. Se puede seguir una opción más ligada a la profesión u algo cercano a la academia. Las universidades deben decidir y mostrar sus estándares (laboratorios, cierto número de profesores con PhD y publicaciones en revistas indexadas…). Un centro de ese tipo no se compara con uno que ofrece estudios en las noches, dos horas a la semana, que son colegios de la comunidad.
¿Cómo más evaluarán a los maestros universitarios?
Aumentando los requisitos para ser maestros, eso deberá reglamentarse luego. Pero no es posible que un estudiante y dirigente político se gradúe de la universidad e inmediatamente se convierta en profesor. El cargo debe someterse a concursos públicos. En EE.UU., para ser profesor de macroeconomía se debe contar con nueve créditos de la materia en el historial académico. Acá si alguien es economista cree que puede dar esa asignatura.
En la propuesta se dice que un profesor titular debe trabajar 40 horas semanales.
El punto es que en el país un profesor a tiempo completo a veces trabaja solo dos horas a la semana, como en la Facultad de Medicina de la U. Estatal de Guayaquil. Se necesitan requisitos mínimos. En Harvard, un docente a tiempo completo da clases, escribe, lee, investiga…
Pero en Ecuador, los profesores de universidades privadas ganan por hora dictada.
En el proyecto no se les ubica como servidores públicos, se habla de la carrera del docente investigador. Ellos se pueden unir a investigaciones y beneficiarse de los resultados. Están dentro del límite salarial y también se deja un espacio a la excepcionalidad, con un Premio Nobel… Además se fomenta la importación de cerebros extranjeros, el porcentaje de estudiantes y maestros de otros países es un indicador de la calidad. Hoy, ¿a quién le interesa estudiar en Ecuador? Quizá vienen por algo puntual en Galápagos o la diversidad en la Amazonia.
La propuesta tiene puntos interesantes, pero los rectores dicen que es centralista y que da al Ejecutivo todo el poder dentro del organismo de control y regulación.
Ese tema podemos seguirlo debatiendo, creo que está bastante equilibrado con cinco ministros y cinco académicos. Habría que hacer un análisis comparativo de lo que pasa en el mundo. En algunos países no existe siquiera participación de otros entes, como en Argentina. En América Latina el único sistema universitario parecido al ecuatoriano es el boliviano y veamos el nivel de calidad. Sí debemos ser muy autocríticos.
Ud. ha sostenido que los rectores universitarios no serán juez y parte, por eso no integran el organismo de control. ¿Por qué se oponen?
Temen perder poder. En la familia, pones tus propias reglas sobre la hora de llegar a casa, pero en cualquier momento puedes cambiarlas si te autoregulas. Los rectores han conformado un espíritu de cuerpo que es muy poco sano. Veamos las cinco universidades acreditadas hasta ahora, los aspirantes a ingresar al magisterio fiscal, graduados en ellas, sacaron 23 sobre 100 puntos en las pruebas. Se acreditó de modo cuantitativo y nadie dijo nada.
¿Por qué regular detalles como quién es Rector?
En la actual Ley se dijo que el candidato a Rector debía tener cuarto nivel y las propias universidades empezaron a ofrecer esos títulos. Según sabemos, el 45% de rectores sacaron maestrías en su propia universidad. El 15% no ha tomado en cuenta este requisito.
A Carlos Larreátegui, rector de la UDLA, le parece que politizan a la universidad con sistemas de elección universal de autoridades
Debe haber un proceso interno de democratización. Existen universidades en donde se ha llegado al punto de heredar puestos como la propia UDLA. Allí, el padre de Carlos fue el ex rector, no sé como fue ese proceso.
El rector de la U. Andina Simón Bolívar, Enrique Ayala Mora, dice que están inflando el número de centros, al convertir al Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) en universidad.
Ahí se nota que se ha manejado políticamente el tema. El IAEN es una universidad pública que debió recibir fondos y por temas políticos no se le dio. Vamos a crear la Escuela Superior de Pedagogía y los institutos pedagógicos serán evaluados, los buenos potencialmente serán extensiones de ella. Todo profesor al menos debe contar con una licenciatura, para subir el nivel. Las facultades deben cumplir ciertos requisitos para que un título de economista o médico de la USFQ sea igual al de un graduado en la U. Central o Católica, hoy tenemos disparidad. En la Costa se enseña medicina sin infraestructura mínima, lo que atenta contra la salud de la gente.
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