El río Damas nuevamente creció ayer y por seguridad se pidió a la población que abandone Alluriquín mientras la emergencia se controla. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los familiares de un menor de siete meses de nacido han removido los escombros de su vivienda para encontrarlo, pero hasta ayer (27 de abril) no pudieron dar con el bebé. El pequeño estaba dormido la madrugada del martes 26 de abril.
Fue cuando se produjo el desbordamiento del río Damas. El agua llegó hasta la casa del bebé, en la parroquia de Alluriquín y arrasó con todo lo que había dentro.
El tío del menor, Luis Yumbillo, aseguró ayer que la madre y la abuela se encuentran en una casa de salud de Santo Domingo, recuperándose de las heridas que les provocó la correntada. “Tienen golpes en el cuerpo y están bajo observación. Nosotros preferimos que estén ahí, para que no tengan que vivir esta búsqueda tan horrible”.
El bebé es uno de los tres desaparecidos que dejó el desbordamiento del Damas, que también le costó la vida a otras cuatro personas en esa parroquia rural. Ayer, maquinaria de la Prefectura de Santo Domingo ingresó hasta la vivienda para remover los escombros. Los trabajos continuaron hasta el cierre de esta edición (17:00). Los vecinos y familiares colaboraron con la remoción de los enseres dañados y de pedazos de pared para encontrarlo.
En los ríos Damas y Toachi, un grupo conformado por el Cuerpo de Bomberos, el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía y la Unidad de Rescates y Emergencias Médicas de la Comisión de Tránsito del Ecuador emprendió las labores de búsqueda de los desaparecidos: Medardo Andrade, de 80 años; Miguel Moreno, de 50; y el bebé de 7 meses.
El prefecto de Santo Domingo, Geovanny Benítez, señaló que además se están rescatando los vehículos que fueron arrastrados por el Damas. El caudal de este afluente se juntó con el río Toachi afectando a los poblados de Pisotanti y Brasilias del Toachi, en Santo Domingo. Unos 30 vehículos entre camiones, camionetas y autos livianos resultaron afectados por la fuerza del agua.
Según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), 80 casas presentaron algún tipo de daño tras el desbordamiento. De estas, 15 se destruyeron totalmente.
Unas 300 personas resultaron afectadas. Además, el servicio de energía eléctrica fue parcial hasta ayer, debido a que las fuertes lluvias que continuaban hasta la tarde ocasionaron daños en los postes desde el sector de Tandapi hasta la parroquia Alluriquín.
Según el Instituto de Meteorología e Hidrografía, solo la madrugada el martes llovió 54,0 milímetros. Durante este mes se tenía previsto que 462,9 mm, pero hasta ayer se habían acumulado 548,2 mm.
El técnico en Gestión de Riesgos de la Prefectura de Santo Domingo, Walter Molina, aseguró que el río se empezó a represar hace varios días por un desprendimiento de tierra y rocas que no dejaban que el afluente continuara con su cauce normal. Pero la madrugada del martes la acumulación de agua lluvia permitió que el río crezca y llegue con fuerza al poblado.
Para evitar que eso vuelva a pasar, maquinaria pesada se movilizó al lugar. Pero se trabajó hasta la tarde, porque el río nuevamente creció.
Según Benítez, se tiene previsto extraer unos 150 000 metros cúbicos de tierra en un trayecto de 1 000 metros lineales. Además, se realizará el mantenimiento y reconstrucción de alcantarillas y cunetas en Alluriquín. Ayer, 100 trabajadores del Municipio y la Prefectura participaron en los trabajos. “Estamos ordenando el cauce del río para darle mayor fluidez al agua con el fin de que esta tome su curso natural”, dijo Molina.
William Arteaga, presidente de la Junta Parroquial, aseguró que es la primera vez que el río se desborda con tanta fuerza. “Unos 30 locales se afectaron, cuatro personas perdieron la vida y hay casas que desaparecieron”.
Además, el coliseo de la parroquia rural sufrió daños severos en su infraestructura. Ese era el lugar que se había determinado como el más seguro y donde se albergaban los damnificados del invierno en años anteriores. “En la parroquia no es seguro estar porque el represamiento puede presentarse otra vez en los ríos Pilatón y Toachi. Eso debido a que las rocas están sometidas a meteorización y por eso su comportamiento físico y mecánico cambia ante cualquier eventualidad”, señaló Molina.
Según el COE, hasta el momento 17 personas se encuentran albergadas en dos campamentos de Santo Domingo junto a los damnificados de Manabí por el terremoto. Además, más de 30 familias se han alojado en casas de los familiares en la zona urbana y rural del cantón.
En contexto
El fuerte invierno que se siente desde diciembre en Santo Domingo de los Tsáchilas ha obligado al COE local a disponer la alerta. Se han habilitado albergues en la capital urbana, para que puedan acoger a los damnificados, mientras dura la emergencia.