Redacción Quito
La restricción vehicular por el único carril habilitado en los túneles ahorra entre 15 y 25 minutos de viaje a las pasajeros que van en bus por esta ruta. Sin embargo, la velocidad de circulación de los buses y automóviles que van por el centro y oriente se redujo a casi la mitad.
Esa fue la conclusión de la Dirección de Tránsito, luego de un análisis de flujo vehicular. Con el cierre parcial de los túneles, cerca de 57 000 vehículos se distribuyen entre las rutas longitudinales alternas (centro y oriente).
El chofer de la unidad 1 706 de la cooperativa Metrotrans, Jaime Ayala, calcula cerca de 40 minutos de retraso cada vez que va desde Guamaní hasta el Estadio Olímpico y viceversa. Mientras circula por la av. Maldonado, Ayala dijo que antes del cierre de los túneles, ese recorrido lo realizaba en dos horas y media. “Ahora me demoro hasta cuatro horas en una sola vuelta”.
Aunque, según Ayala, el número de pasajeros no se ha incrementado por los desvíos, la molestia de aquellos que se suben a su unidad es evidente, especialmente en las horas pico. “La Napo, la Pasteurizadora y El Trébol son los puntos más conflictivos”.
En esos sectores, la velocidad de los vehículos disminuye de 16 km/h a 9 km/h, según la Policía de Tránsito. Enrique Isa, conductor de la unidad 127 de la cooperativa Transplaneta, dijo que algunos pasajeros prefieren bajarse y seguir a pie.
Según Raúl Moreno, un pasajero del Trolebús, ese sistema tampoco es de mucha ayuda para atravesar la ciudad. Él aseguró que el tiempo de viaje entre Carcelén y Guajaló se duplicó desde la semana anterior. “En ese recorrido uno puede demorarse hasta cuatro horas”.
A las 08:00 de ayer, en la parada de El Recreo, Alfredo Guanopatín estaba preocupado de que el bus que lo lleva al Centro Histórico no le pare. “Con el tráfico también empiezan los correteos. Aunque estos terminan en la 5 de Junio donde empieza el trancón”, dijo el peatón, quien ayer salió 20 minutos antes para llegar a tiempo a su destino.
Josefina Ayora, sentada en un bus de la línea Tola-Pintado, se quejó del control poco eficaz de los policías. “Ellos no hacen nada parados en una esquina donde hay semáforos”. Al oír el comentario, Juan Gordón, chofer del bus, añadió: “Al parecer no todos los policías están bien capacitados para dirigir el tránsito”.
Según la Dirección Nacional de Tránsito, los uniformados se ubican en los semáforos para facilitar el flujo vehicular solo en caso de congestión.
Los cambios inesperados de ruta de los buses también molesta a Ayora. “Uno ya no sabe ni dónde coger el bus”. Gordón dijo que este inconveniente también le hace perder pasajeros.
Además, para hacer el mismo número de vueltas, él debe trabajar hasta una hora más a diario.
Al llegar, a la av. América, Hólguer Bravo, aumentó la velocidad de su bus de la línea Jesús del Gran Poder-Bellavista. Él admitió que cuando la vía y el tráfico lo permiten acelera su vehículo para recuperar el tiempo perdido en los trancones.
Según la Emmop, en los túneles mejoró la velocidad de circulación de los buses de 10 km/h a 22 km/h. En la parada El Tejar, Cristina Ubidia, una pasajera, dijo que está contenta con los 15 minutos que se ahorra en cada viaje por los túneles. Pero -acotó- que tomar un bus de norte a sur se volvió más complicado. “Los buses ya no llegan a las paradas por los trabajos en la calle”.
En esa parada, un fiscalizador de la Emmop y el policía Jorge Ramírez ayudaban a los peatones a cruzar la vía. Los trabajos en el carril occidental dejaron inhabilitado el puente peatonal. Además, cada bus se detiene al menos cinco segundos para dejar y recoger pasajeros. Esto según, Ramírez, congestiona la vía.
En el interior de los túneles, la luz de las luminarias es tenue por el polvo y el esmog que se acumula y los buses deben reducir su velocidad. Los pasajeros deben cerrar las ventanas, lo que incrementa la temperatura y la molestia de los usuarios; los túneles no tienen ventilación.
Estas demoras inciden en el correteo de algunos choferes. El policía Luis Montaluisa explicó que las carreras empiezan en la Rodrigo de Chávez, en el sur y desde Miraflores, en el norte”.
El desvío vehicular
Los buses que van en sentido sur-norte son desviados hacia la calle Bahía de Caráquez desde Los Dos Puentes. Luego retoman la calle Gral. Necochea, en San Diego, para continuar por los túneles.
Durante la hora pico de la tarde el contraflujo por la Bahía de Caráquez es desde San Diego hasta la av. Rodrigo de Chávez.
Para los conductores de transporte urbano que ingresan al Centro Histórico, desde el sur, el desvío es por la Mariscal Sucre hacia la Chimborazo, Imbabura, Ambato, para llegar a la Venezuela y salir al norte.
El contraflujo de la calle 5 de Junio, en sentido sur-norte, está habilitado a todo tránsito hasta la calle Venezuela, entre las 06:30 y las 09:00.
En la tarde, a partir de las 17:00 hasta las 19:30, la calle Venezuela cambia de dirección desde la Oriente hasta tomar la 5 de Junio, que desemboca en la av. Rodrigo de Chávez.
De sur a norte la Policía estudia la posibilidad de aplicar un contraflujo por la calle Venezuela, entre Oriente y Asunción.