Fernando Larenas
La política se ha convertido en un arma letal para denigrar a las personas, de acabar con todo el que piense diferente; la intolerancia es algo así como el deber ser de quienes ostentan el poder, por eso siento asco y evito estos temas, prefiero escribir de música y de asuntos de interés ciudadano como la inseguridad.
Pero hay que hacer un paréntesis mientras se pueda opinar; antes de que esta locura del control estatal derive en retaliación y hasta que todavía sea posible que nos respetemos los unos a los otros, como manda el Evangelio.
Sugiero que Teleamazonas y la radio La Voz de Arutam no hagan caso a la prepotencia del poder político que comparó el cierre de sus señales como si fuese lo mismo que clausurar un burdel.
Al innombrable funcionario de marras se le debe haber ‘chispoteado’, como decía el Chavo del Ocho, porque no hay racionalidad humana que pueda explicar semejante comparación, dicha de forma tan insultante.
El coloquialismo usado quiere decir, según la lengua española, además de prostíbulo, una casa o lugar en que “se falta al decoro con ruido y confusión”. ¿Es posible que las pasiones políticas lleguen a esto?
Por causa del odio, la persecución ha sido implacable, no se respetó ni siquiera la Navidad o el hecho de que centenares de familias que trabajan en ese canal pasaran la peor Nochebuena de sus vidas. ¿Y el amor de Dios que tanto se proclama en estas fechas, la misericordia, el respeto… dónde quedaron?
Es tanta la persecución y el odio (¿o es amor?) contra ese canal, que ciertos ‘puritanos’ de la moral vetaron hace poco la serie ‘Los Simpson’ por una cantidad de razones ridículas. Pero vean cómo ese prejuicio fue desvirtuado por el mismísimo Vaticano.
L’Osservatore Romano, la prensa oficial del Vaticano, acaba de reconocer a ‘Los Simpson’ por su postura irreverente y mordaz acerca de la religión organizada. Con Homero Simpson, buena parte del planeta no sabría cómo reírse, dice el más influyente diario religioso del planeta.
¿Cómo explicar entonces tanta paranoia para justificar el cierre de dos medios de comunicación? Se apela a la conmoción social y desde el poder se argumenta que ciertos reportajes “pudieron causar un caos”.
La premisa oficial es similar a la hipocondría, una afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso, con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud.
Hay hipocondríacos que toman vitaminas de la A a la Z y se autorrecetan toda clase de antibióticos para prevenir enfermedades. El poder político se autorreceta cierres de medios de comunicación para evitar la conmoción social; tendrá que cerrar también los burdeles para prevenir que se falte al decoro con ruido y confusión.