Brasilia, DPA
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, calificó hoy de “excepcional” la relación con Estados Unidos bajo el gobierno de Barack Obama y desmintió que haya tensiones entre los dos países.
“Sigo con gran expectativa frente al gobierno Obama. Él todavía será una sorpresa”, aseveró el mandatario brasileño, durante un desayuno con reporteros brasileños en Brasilia, en el que defendió que la opinión pública le otorgué más plazo para que Obama pueda poner su marca en la política estadounidense.
Lula da Silva afirmó que Obama heredó problemas de la anterior administración de George W. Bush. “Él se ocupa de una guerra que no fue contratada por él”, enfatizó, y necesita consolidar su relación con el Congreso, “que siempre fue riguroso con todos los presidentes de Estados Unidos.
Según el presidente brasileño, Obama necesita superar obstáculos para cumplir los compromisos que asumió durante la campaña electoral con la parte de la población estadounidense que no era escuchada por administraciones anteriores: “El pueblo estadounidense fue muy osado al elegir a Obama.
Como él es muy inteligente, él sabe todo eso”. Ante ese panorama, Lula se manifestó convencido de que, tras superar los actuales obstáculos, el mandatario estadounidense dedicará más atención a las relaciones con Latinoamérica y con África: “Obama tiene consciencia del papel que tiene que cumplir en América Latina y en África”, aseveró.
Los elogios de Lula buscan borrar la impresión dejada por las críticas a Obama formuladas por su principal consejero en temas de política exterior, Marco Aurelio García, quien hace poco menos de un mes manifestó su “decepción” ante la política adoptada por el actual presidente estadounidense.
“Hasta ahora, hay un cierto sabor a decepción, que nosotros esperamos que se revierta”, expresó el asesor de Lula para Asuntos Internacionales, quien criticó principalmente la posición asumida por Washington frente a la crisis política en Honduras y la escasa atención otorgada a América Latina.
En el caso de Honduras, García criticó la decisión de Washington de apoyar las elecciones presidenciales de noviembre, pese a que no fueron antecedidas por la restitución del presidente Manuel Zelaya, derrocado el 28 de junio.
“Consideramos lamentable que se quiera limpiar un golpe de Estado en un país que vivía en estado de sitio. Esta es una posición equivocada de Estados Unidos”, expresó. García también fustigó la “escasa atención” brindada por el gobierno Obama a América Latina y afirmó que el canciller brasileño, Celso Amorim, teme que ello lleve a Washington a perder terreno en su relación con el subcontinente.
“Cuando Estados Unidos decida mirar hacia América Latina, podrá llegar a la conclusión de que lo está haciendo demasiado tarde. Este no es un problema para América Latina, sino para Estados Unidos”, apuntó.
Además, García opinó que Washington “está aportando virtualmente nada” al debate internacional sobre la necesidad de reducir emisiones causantes del cambio climático.
El malestar se disipó parcialmente hace una semana, cuando el máximo responsable de la diplomacia estadounidense para América Latina, Arturo Valenzuela, visitó Brasilia y logró limar asperezas durante una larga reunión con García y con el subsecretario general de la Cancillería, Antonio Patriota.