Bosnia celebra el domingo, 12 de octubre, elecciones generales, tras una campaña marcada por el regreso de la retórica nacionalista en un contexto de crisis económica y de rivalidades interétnicas, que bloquean su acercamiento a la Unión Europea.
Unos 3,3 millones de electores bosnios están llamados a las urnas para escoger a los tres miembros (serbio, croata y musulmán) de la presidencia colegiada del país, renovar el parlamento central y los parlamentos de las dos entidades que conforman esta república federal.
Como cada cuatro años, cuando se acerca la votación, los nacionalistas serbios multiplican las amenazas de secesión de su entidad, la República Srpska (RS), de Bosnia, mientras que los nacionalistas musulmanes levantan la voz para decir que su objetivo es reforzar ante todo “el Estado central” .
“El objetivo de mi política es transformar nuestra entidad en un Estado” , exclamó el presidente saliente de la RS, Milorad Dodik, quien aspira a un segundo mandato respaldado por su partido (SNSD) .
El discurso del principal partido opositor serbio (SDS) tampoco parece moderado. Esta formación abre sus mitines electorales con homenajes a Radovan Karadzic, ex líder político de los serbios de Bosnia que la justicia internacional juzga por genocidio.
Frente a esta situación, el representante musulmán de la presidencia colegiada de Bosnia, Bakir Izetbegovic, quien también se presenta a los comicios, instó a su comunidad a la “unidad”. “No podrán dividir Bosnia” , subrayó.
El acuerdo de paz de 1995 en Dayton (Estados Unidos) , que puso fin al conflicto intercomunitario bosnio (1992-95) , dividió al país en dos entidades -serbia y croato-musulmana-, vinculadas por un débil gobierno central.
El sociólogo Ivan Sijakovic estima que los habitantes de Bosnia viven aún con un miedo “irracional” , casi veinte años después de la guerra. Esto podría permitir a los nacionalistas “vencer una vez más” en estos comicios, apuntó.
A la constante crisis política, donde las diferencias interétnicas bloquean desde 2006 el funcionamiento de las instituciones centrales del país encargadas de la adhesión a la UE, se suma la crisis económica y social.
El desempleo afecta a cerca del 44% de la población de Bosnia y el 18% de sus 3,8 millones de habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza. El Banco Central espera ahora un crecimiento por debajo del 1% en 2014.
En febrero, violentas manifestantes antigubernamentales sacudieron el país. Los manifestantes incendiaron edificios del gobierno en cinco ciudades, así como la sede de la presidencia del país en Sarajevo.
Para el analista político Enver Kazaz, las nuevas autoridades también deberán “hacer frente a un gran descontento social” , si no cambia la situación.