Redacción Deportes
Si hay un sentimiento que siempre ha acompañado al Deportivo Quito es el sufrimiento. En los 40 años de sequía de títulos del equipo (1998-2008), los hinchas de la ‘Academia’ solo sabían de sinsabores, de tragos amargos…
El año pasado, el cuadro chulla rompió el maleficio y gritó campeón de la mano de Carlos Sevilla. Ayer, el equipo se jugaba la posibilidad de revalidar el título y lograr su primer bicampeonato. Lo logró, pero el sufrimiento también dijo presente en la historia del equipo.
La ‘AKD’ llegó como favorito en la definición contra el Deportivo Cuenca. Si ganaba o empataba era campeón. La situación parecía sencilla, pero en el fútbol no se puede hablar de cuestiones lógicas o predecibles.
Ayer fue una jornada de sorpresas en el Atahualpa, no solo por el rendimiento de los jugadores en la cancha, sino por la masiva presencia de hinchas azulgranas.
Históricamente, los seguidores de Liga y El Nacional se burlaban de sus pares del Deportivo Quito y decían que eran incapaces de llenar el Atahualpa. Pero ayer los hinchas azulgranas coparon el escenario de El Batán. Solo la general noroccidental albergó a unos 5 000 seguidores cuencanos.
El resto del estadio vestía camisetas azulgranas, en unos casos, y negras con la Q bordada en el frente. Aquella hinchada mayoritaria sabía que se necesitaba una victoria o un empate para ganar el título y por ello, lucía relajada en el inicio del juego. La responsabilidad era del Cuenca, que debía ganar para lograr el título.
Por ello, en el primer tiempo fue el cuadro visitante el que más presionó, aunque sus delanteros fueron incapaces de generar opciones reales en el arco chulla.
El partido fue aburrido en el primer tiempo y gran parte del segundo. El Quito se acercaba al bicampeonato, pero en la cancha faltaban emoción y adrenalina .
Los locales apretaron el acelerador en los momentos justos y lograron los tantos de Daniel Mina (minuto 70) y Michael Arroyo (74). Todo parecía resuelto.
Entonces apareció el Cuenca y le puso condimento a la final, más con vehemencia que con orden. El ‘Expreso’ complicó a su rival, primero con el tanto de Édison Preciado (minuto 80) y dos minutos después con el golazo de Ismael Villalba. La mayoría del estadio se quedó en silencio.
El sufrimiento, ese sentimiento tan conocido por el Quito y sus hinchas, volvía a instalarse en el Atahualpa. El empate era bueno para el Quito, pero los visitantes se tornaban cada vez más peligrosos. La ansiedad también se apoderaba del técnico Rubén Insúa, quien mantenía duelos verbales con el árbitro Carlos Vera. Al final del cotejo fue expulsado.
Eran momentos de angustia, de desesperación. Entonces apareció Arroyo, la gran figura del bicampeón. El guayaquileño marcó un golazo a los 87’ y selló así la exitosa campaña del Quito.
El tanto fue el pregón de la fiesta de los seguidores del Quito. Las banderas azul y rojo volvían a flamear y la felicidad se instalaba en la preferencia y en la general sur. En medio del éxtasis de las fiestas de la capital, la ‘AKD’ celebra su primer bicampeonato. La fiesta continúa en la Plaza del Teatro.
Las alineaciones
Deportivo Quito jugó con J. Ibarra; G. Caicedo, I. Hurtado, L.Checa (TA 40); A. Escobar ,P. Esterilla, M. Castro (D. Mina 46’) M. Donoso (M. Arroyo 60’), L. Saritama (TA 50’); M. Pirchio (L. Tenorio 89’), I. Borghello (TR 73).
Deportivo Cuenca jugó con E. Dreer; D. Ianiero (TA 40), M. Quiñónez, J. Narváez, M. Bohórquez (I. Villalba 75’), G. Ramos, J. García (J. Guerrón 93) J. Granda, Matamoros (TR 73); E. Preciado y R. Teixeira (TA 65’).
Deportivo Quito ha sido campeón en los años 1964, 1968, 2008 y 2009. Es la primera vez que gana el título con DT extranjero.