Alberto Guerrero C.
Tras el inoportuno cierre de Teleamazonas hay más interrogantes que respuestas. Encima, como el viento que desata tempestades, sale un alto funcionario de Gobierno comparando a Teleamazonas con un burdel, en vez de tratar de bajar las aguas y tranquilizar los ánimos.
Nunca he estado a favor de Teleamazonas. Es un canal que obedece a los intereses del verdadero dueño del país. El canal cometió infracciones, noticias dirigidas, verdades a medias para hacer daño y debe ser responsable de lo que publican.
El caso Teleamazonas es especial. Ellos no se rigen por el rating sino por el capricho, prueba de ello es que por tercer o cuarto año consecutivo reportará pérdidas.
¿Quién puede soportar pérdidas constantes en vez de mejorar los programas ? Sólo alguien que no viva de ese negocio.
Con la medida de cerrar el canal Teleamazonas se convertirá en el líder de la libertad de expresión y moverá a muchos ingenuos que lo tomarán como bandera de lucha, pero pregunto: ¿cuándo tomó Teleamazonas en cuenta a estos espontáneos para una nota o para saber su sentir? ! Nunca!
Aparecerán los oportunistas de siempre para tratar de ganar protagonismo, incluso habrá quien haga tarima y se palenquee un puesto como presentador del ‘lindo canal’.
Este cierre temporal puede ser el principio del fin para Correa, la oposición tendrá en Teleamazonas el muerto que estaba esperando para unirse y desatar el caos en el país.
El daño está hecho, de victimarios pasarán a ser víctimas perseguidas por el Régimen y elevarán su reclamo a las cortes internacionales, la OEA, al Municipio de Guayaquil, para redimirse diciendo sus verdades desde la óptica de su dueño.
Pero lo que más me duele es que en mi casa no podrán ver la telenovela de Bermúdez, en honor a la verdad, lo mejor que ofrece Teleamazonas.