'No estamos tan divididos como parece', resaltó Obama en Dallas

Barack Obama junto al expresident George W. Bush, acompañados por sus esposas, asistieron al homenaje de los cinco policías asesinados tras una protesta racial en Dallas, hace una semana. Foto: AFP

Barack Obama junto al expresident George W. Bush, acompañados por sus esposas, asistieron al homenaje de los cinco policías asesinados tras una protesta racial en Dallas, hace una semana. Foto: AFP

Barack Obama junto al expresident George W. Bush, acompañados por sus esposas, asistieron al homenaje de los cinco policías asesinados tras una protesta racial en Dallas, hace una semana. Foto: AFP

El presidente Barack Obama insistió este martes 12 de julio del 2016 en Dallas que Estados Unidos no está tan dividido por las tensiones raciales y las diferencias políticas como parece y honró a los cinco policías muertos a manos de un francotirador.

“Estoy aquí para decir que debemos rechazar la desesperanza. Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece”, agregó.

Obama viajó a Dallas para dar un mensaje de unión al país, que aún trata de digerir los sucesos del jueves, en los que cinco policías que custodiaban una manifestación contra la violencia policial murieron abaleados por un hombre afroamericano.

Acompañado de su esposa Michelle y con el rostro compungido, el mandatario se unió en la tarde a la ceremonia ecuménica, en la que también intervino el expresidente George W. Bush. “Sé que los estadounidenses están conmocionados en este momento por lo que hemos vivido la pasada semana”, dijo Obama.

El mandatario se refirió a los eventos en Dallas como actos “no solo de violencia demente, sino también del odio racial. Y nos dejaron heridos y enojados”.

“Veo lo que es posible cuando reconocemos que somos una sola familia estadounidense: todos merecemos un trato justo, todos merecemos el mismo respeto”, dijo Obama.

“¿Podemos hacerlo?”, se preguntó. “No soy ingenuo. He visto cómo el espíritu de unidad que nace de una tragedia puede disiparse poco a poco. Si no podemos hablar honesta y abiertamente (...) con quienes tienen una apariencia diferente de la nuestra, o que aportan una perspectiva diferente, entonces nunca podremos romper este peligroso círculo”, advirtió el Jefe de Estado.

Al inicio de la ceremonia en el Meyerson Symphony Center, situado en el centro de la ciudad, el alcalde demócrata de Dallas, Mike Rawlings, llamó también a no ceder al pánico o ante una visión fatalista de la sociedad estadounidense.

“El dolor de Dallas es el dolor de todo el país”, afirmó, lanzando un llamado a la unidad, “unidad entre la policía y los ciudadanos, unidad entre los dirigentes políticos. Es la ocasión de construir un nuevo modelo para nuestra comunidad, nuestra ciudad, nuestro país”, declaró.

El presidente Obama está permanentemente buscando un equilibrio entre gestos de apoyo a las fuerzas del orden y de aliento a los militantes por los derechos civiles que denuncian los excesos policiales.

Ocho años atrás, su carisma y habilidad para inspirar lo llevaron a convertirse en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, y generaron la esperanza de que el país superaría algunas de sus más arraigadas divisiones sociales.

Estados Unidos está ya muy familiarizado con la violencia armada, pero ahora se encuentra ante un nuevo precipicio.

De Charleston a Orlando y Dallas, este año ha habido varias matanzas motivadas por el odio racial o a las minorías.

Las vidas negras y azules importan

La semana pasada, los polémicos casos de disparos de policías a dos hombres afroamericanos, Alton Sterling en Luisiana y Philando Castile en Minnesota, desataron la ira nacional, con miles de manifestantes tomando las calles de una costa a otra en el país.

Al parecer también desataron el mortal tiroteo en Dallas protagonizado por el joven afro Micah Johnson, mientras la protesta contra la brutalidad policial apenas empezaba.

Johnson, de 25 años y quien sirvió en Afganistán, usó un rifle de alto calibre para matar a cinco policías y herir a otros nueve la noche del jueves. Dos civiles también resultaron heridos.

El joven dijo a los negociadores de la Policía, antes de morir, que quería matar a policías blancos en venganza por las muertes de afroamericanos.

No ha sido fácil para Obama vincular los problemas raciales no resueltos y la cuestión del control de armas que han emergido tras el tiroteo de Dallas. “No hay contradicción entre apoyar a las fuerzas del orden (...) y decir que nuestro sistema de justicia penal tiene problemas, que hay sesgos -algunos conscientes y otros inconscientes- que deben ser erradicadas”, dijo el Presidente.

“Entonces cuando la gente dice 'las vidas negras importan', eso no quiere decir que las vidas azules no importen; quiere decir simplemente que todas las vidas importan”, agregó Obama en referencia al movimiento Black Lives Matter, que denuncia la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.

“Lo haría nuevamente” 

El jefe de la Policía de Dallas, David Brown, dijo que su departamento examinaba varias horas de videos para reconstruir los episodios del jueves por la noche.

El caos terminó cuando la Policía utilizó un robot bomba para matar a Johnson. Brown defendió el uso del aparato, usualmente desplegado para desactivar bombas. “Esto no era un dilema ético para mí. Lo haría de nuevo”, dijo Brown.

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