Redacción Mundo y Reuters
El presidente de EE.UU., Barack Obama, da más motivos para poner en entredicho el Premio Nobel de la Paz que le fue entregado en Oslo, el pasado día 10.
Al envío de 30 000 soldados adicionales a la guerra en Afganistán, que Obama decidió días antes de recibir el Nobel, se suma otro motivo. Por pedido de la Casa Blanca, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó ayer un proyecto de ley de gasto militar de USD 636 000 millones, que financia las impopulares guerras en Iraq y en Afganistán.
Por una votación de 395 contra 34, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto y lo envió al Senado, que se espera actúe tan pronto como el viernes, cuando el financiamiento actual expirará.
El monto aprobado, que según observadores no sufrirá modificaciones durante su análisis en el Senado, representa un incremento con respecto al del curso anterior. El Instituto de Investigaciones de la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés) reveló que Washington destinó a los gastos militares USD 607 000 millones, el año pasado.
El proyecto aprobado por la Cámara Baja cubre las operaciones del Pentágono hasta el 30 de septiembre de 2010. Pero los USD 124 000 millones aprobados para las guerras en curso probablemente no serán suficientes para cubrir los planes del Jefe de la Casa Blanca, quien anunció a inicios de este mes el envío de 30 000 soldados más a Afganistán.
Precisamente, un primer contingente de esas tropas, que se destinarán a ampliar la presencia estadounidense en territorio afgano, llegó ayer. Las fuerzas son parte de los 1 500 marines que se esperaba estuviesen en sus puestos en territorio afgano para Navidad, según anunció en Washington Geoff Morrell, portavoz del Pentágono. Se espera que el total de los 30 000 hombres previstos se encuentre en Afganistán para el final del verano.
En su votación de ayer, la Cámara Baja, adicionalmente, eliminó el financiamiento para el avión de caza F-22 de Lockheed-Martin Corp, pero brindó 10 aviones de transportes Boeing ; C-17 más de los que el Pentágono pidió, a un costo de USD 2 500 millones.
El Pentágono mantiene dos programas vivos que no buscaba financiar: el del helicóptero presidencial VH-71 y un motor alterno para el caza de ataque conjunto F-35, fabricado por la compañía General Electric y Rolls-Royce Group, de Gran Bretaña. La dependencia anticipó ya que no recomendaría un veto pese a las medidas no deseadas.
Pero en cambio el texto sí contiene un aumento de salario del personal militar de 3,4% para las familias de los militares.
Adicionalmente, el entrenamiento de las tropas recibirá una asignación de USD 154 000 millones, es decir, USD 1 300 millones más que en el año precedente. El resto se distribuye en la adquisición o renovación de equipos, como vehículos blindados Bradley, aviones de combate F-35 o diversos programas de defensa antimisiles, señala el texto aprobado por la Cámara Baja.
El proyecto también reafirma la prohibición de la tortura a los detenidos y no prevé ningún fondo para el cierre de la cárcel de Guantánamo, en Cuba.
La aprobación del presupuesto militar de EE.UU. para el año próximo coincide con la paralización en el Congreso de la reforma sanitaria, que apunta a extender la cobertura a unos 30 millones de estadounidenses sin seguro.