Redacción Quito
Durante el primer día del año las calles de la ciudad lucieron desoladas. El tradicional tráfico que se forma en avenidas como la Naciones Unidas, Eloy Alfaro, y Amazonas, en el norte; la Maldonado, Ajaví y el sector de la Villa Flora, en el sur, no estuvo presente. Ayer, la situación no varió mucho. En las calles y vías principales de la ciudad hubo pocos autos particulares, aunque los buses trabajaron con normalidad. Los sistemas de transportes de Trolebús, Ecovía y Metrobús laboraron habitualmente.
El asfalto y las piscinas
Al quemar los monigotes sobre el asfalto se calienta el pavimento y se desprenden los materiales que recubren las vías, ocasionando poros en la superficie y luego baches y huecos en las calles.
Según la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, este año se ha invertido USD 20 millones en mantenimiento vial rutinario.
Las piscinas de El Tingo fueron rehabilitadas hace un año. El tránsito en la autopista General Rumiñahui se complicó ayer desde Quito hasta el valle de Los Chillos.
La Merced atiende desde las 06:00 hasta las 16:00. El valor de la entrada es de USD 4 los adultos, USD 2 los niños.En los parques del norte, el viernes, hubo poca gente. En La Carolina, el área verde más visitada de la ciudad, las canchas de fútbol, básquet y vóley estaban vacías, cuando normalmente, en un fin de semana o durante un feriado, los sitios para hacer deporte están ocupados.
No excederse en el festejo del 31 facilita las actividades del 1ero
Diego Carvajal, Morador de MonjasLa presencia de ventas de comida, helados y juguetes fue mínima. Los comerciantes que acudieron al lugar no pensaron encontrarse con este panorama. Lucía Ortega, vendedora de frutas y aguas bajo la Cruz del Papa, aseguró que este año la afluencia de personas ha sido menor que en años anteriores. “El otro año la gente llegaba después de las 08:00, pero ahora ya son las 11:00 y todavía no hay gente”.
Aunque en el parque es habitual encontrarse con ruido y basura, el viernes, el silencio envolvía a las familias que acudieron. Oswaldo Mesa y su hijo acudieron a La Carolina, desde Las Colinas del Norte, para jugar fútbol. Al llegar Mesa se sorprendió por la cantidad de gente que había y aprovechó el momento para practicar con su hijo nuevas técnicas futbolísticas.
Un poco más al norte, en el Parque Metropolitano la presencia de personas fue mayor el viernes. Las familias llegaron con pelotas, bicicletas y hasta con sus mascotas. En el lugar, los quioscos de comida permanecieron llenos. Wilson Veloz atiende un local de venta de cevichochos. Aunque él reconoció que el 1 de enero la gente descansa, también aseguró que esta fecha hay más ventas y las ganancias aumentan.
Disfrutar de un parque limpio y aseado mejora el paseo
Stalin Morales, Turista de Santo Domingo de los TsáchilasLa mañana de ayer, los parques De las Cuadras, Fundeporte y Lineal, al sur, estuvieron vacíos, muy poca gente se dio cita en estas áreas verdes. Vidal Naula vende helados alrededor de esos parques. Ayer, la poca presencia de personas lo sorprendió, aunque esperaba que en el transcurso del día más gente llegue a estos sitios.
La mañana del viernes, las piscinas del valle de Los Chillos fueron las más visitadas. En El Tingo cerca de 4 000 personas llegaron . Las 11 personas que laboraron en ese balneario, no se daban abasto para la cantidad de visitantes que acudieron. Cecilia Sandoval vino con sus hijas desde Píntag. El festejo del último día del año la motivó a acudir hasta esa piscina. “Cambiar de rutina es bueno para despejarse y si se pasa con la familia es mejor”.
Las siete piscinas que tiene ese balneario no eran suficientes para todos los bañistas.
En la entrada una larga fila de personas esperaban su turno para ingresar, mientras que adentro, otros hacían fila para ducharse y otros prefirieron colocarse su traje de baño en los pasillos, ya que los vestidores estaban llenos al igual que las piscinas.
Pasar en familia es la mejor forma de pasar el año
Víctor Guachipanta, morador sector Jefatura de TránsitoEl balneario de La Merced también tuvo gran acogida. Para Miguel García, administrador del lugar, el primer día del año es uno de los mejores días de trabajo. Durante el 1 de enero, este complejo extendió su horario de trabajo hasta las 17:00, aunque al mediodía ya estaba lleno. Ese día se esperaba a 3 000 bañistas.