Es de Ripley lo que está pasando en el país.
Propaganda del Gobierno minimizando las inversiones de los gobernantes de turno anteriores, dando a conocer cifras con valores absolutos, sobredimensionando la inversión del actual.
Es obvio que esta acuciosidad no es del Presidente de la reopública, Rafael Correa, quien por su formación sabe que un análisis económico se lo realiza en términos porcentuales relacionando esas inversiones con el valor del presupuesto o el PIB, sino de su entorno, llegando a polemizar con el periodista Jorge Ortiz.
Tan a menos se ha venido la dignidad del Gobierno que ya es preocupante, por lo que es conveniente hacer un llamado a los dirigentes de la Iglesia nacional, sea Católica, Evangélica, Cristiana, Anglicana y todas las que existan, para que se decrete a todos los fieles seguidores de Dios, tres días de ayuno y oración, para dar gracias por nuestra nación, por nuestro Presidente, pidiendo sus bendiciones para todas las mujeres y hombres que se hallan en posiciones de autoridad.
Ayunar y orar por todas la autoridades para que el Espíritu Santo ilumine sus decisiones; que libre al Presidente de las malas influencias y de los malos funcionarios y que lo rodee de colaboradores y colaboradoras íntegros, de sano y limpio corazón, que asesoren al Gobierno, con sentido común, con sentido de unidad nacional, para que los ecuatorianos tengamos una vida pacífica.
Tres días de ayuno y oración para que los malignos que hacen quedar tan mal al Gobierno de nuestro Presidente sean arrancados de raíz y jamás vuelvan al servicio público porque el pueblo no los eligió.
Tres días de ayuno y oración nacional para poner en manos de Dios el corazón de nuestro Presidente, para que la luz del Santo Espíritu ilumine al Gobierno para la toma de las decisiones correctas, que nos garanticen alcanzar el buen vivir constitucional.