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Fue una semana trágica para la historia de la aviación comercial, que en solo siete días sumó 462 muertos. La cifra impacta. Y más si se la compara con las 210 víctimas que hubo en todo el año pasado. Pero pese al cimbronazo por la seguidilla de desastres, las estadísticas son contundentes: el avión es el medio más seguro para viajar.
No hay que perder de vista el contexto. Según el último informe de la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO, por sus siglas en inglés), en 2013 hubo 90 accidentes aéreos y sólo en nueve de ellos murieron pasajeros. Pero hay que tener en cuenta que el año pasado despegaron 32 millones de aviones comerciales. Eso significa que sólo un vuelo de cada 350 000 sufrió un accidente y apenas uno en 3 000 000 fue fatal.
“Fue una semana extraña, pero volar en avión sigue siendo seguro si uno lo compara con otros medios de transporte. Lo que pasa es que el efecto social que generan las tragedias aéreas es muy fuerte y los medios cubren más este tipo de accidentes”, dijo a La Nación el comandante Alejandro López Camelo, vicepresidente regional de la Federación Mundial de Pilotos.
El experto resaltó también que los tres accidentes que marcaron esta semana trágica fueron diferentes. Aunque aún no se confirmó, el mal tiempo habría sido la causa de la caída de ayer del avión de la compañía argelina Air Algerie, con 116 personas a bordo, en Mali.
Por otro lado, un fuerte temporal en Taiwán provocó que la nave de TransAsia Airways se estrellara anteayer en medio de un aterrizaje forzoso en las islas de Penghu. Allí murieron 48 personas.
En el caso del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, que cayó el jueves pasado con 298 personas a bordo en el este de Ucrania, la causa fue el impacto de un misil tierra-aire.
Los analistas de la industria aeronáutica y expertos en seguridad aérea se desvelan cuando ven la aparente aleatoriedad de las tragedias, y han dicho que no pueden encontrar causas comunes a todos los desastres. Pero tampoco creen que se pueda asegurar, así de repente, que volar es menos seguro.
“Son hechos fortuitos. La seguridad se sigue manteniendo. Estamos dentro de los márgenes de la cantidad de accidentes mortales de la última década”, dijo Jorge Reta, brigadier retirado.
“Hay que tener en cuenta que el año pasado viajaron en avión unos 3100 millones de pasajeros y se calcula que este año viajarán 3300 millones (según la ICAO). El número de víctimas es muy bajo si se consideran estas cifras”, añadió Reta.
De acuerdo con una estimación que publicó ayer un columnista del diario británico The Guardian, si se comparan los medios de transporte kilómetro por kilómetro, el riesgo de muerte es 3000 veces mayor al viajar en moto que en avión, y en auto, 100 veces mayor.
En tanto, viajar en tren puede llegar a ser un poco menos traumatizante y, kilómetro por kilómetro, es sólo dos veces más mortal que volar, agregó.
En materia de seguridad, el avión es imbatible si se lo compara con otros medios. De todos modos, Carlos Sorini, especialista en investigaciones en accidentes de aviación, señaló a La Nación que “hay empresas comerciales más seguras que otras, ya que tienen aviones más modernos, materiales de más calidad y que son más exhaustivas con las revisiones de los componentes”.
“Una de las cosas que me hace sentir mejor cuando estudiamos estos desastres es que nos fijamos si los accidentes se atribuyen a una misma causa, en cuyo caso diríamos que se trata de un problema sistémico. Pero cada evento es único y tiene su propia causa”, dijo Jon Beatty, presidente de la Flight Safety Foundation, organización sin ánimo de lucro financiada por la industria aérea, y que promueve la seguridad de la aviación mundial.