Autoridades de Hong Kong prometen investigar violencia policial contra manifestantes

Policías de Hong Kong intentan hacer retroceder a manifestantes del movimiento Occupy Central. Foto: Rolex de la Peña / EFE

Policías de Hong Kong intentan hacer retroceder a manifestantes del movimiento Occupy Central. Foto: Rolex de la Peña / EFE

Policías de Hong Kong intentan hacer retroceder a manifestantes del movimiento Occupy Central. Foto: Rolex de la Peña / EFE

Las autoridades de Hong Kong aseguraron este miércoles que habrá una investigación imparcial de las represalias policiales contra los manifestantes prodemocracia que paralizan la ciudad, y donde las protestas continúan.

Estados Unidos reclamó el miércoles una "investigación completa", después de que la policía fuera filmada golpeando a un manifestante.

El secretario de Justicia de la excolonia, Rimsky Yuen, prometió durante una visita a Londres que esas pesquisas serán realizadas "de forma independiente e imparcial".

El ministro de Seguridad de la ex colonia británica, Lai Tung-kwok, anunció que los policías habían sido suspendidos después de este incidente, que tuvo lugar cuando las fuerzas del orden desmantelaban nuevas barricadas.

Miles de personas se volvieron a congregar en las últimas horas del miércoles, 15 de octubre,  en el barrio de Admiralty, uno de los lugares ocupados por el sector prodemocracia desde hace más de dos semanas, para escuchar discursos de líderes del movimiento de protesta, quienes urgieron a los manifestantes a reaccionar pacíficamente ante la violencia.

"Lo principal es que la gente se haya dado cuenta de lo corrupta que se vuelve la policía con un gobierno que no representa al pueblo de Hong Kong", declaró Kay Wong, un asistente de investigación de 25 años de edad. "Me conmocionó la violencia de la policía de anoche", agregó.

Desde hacía dos días, policías armados con mazos, sierras circulares y tenazas tratan de ganar terreno ante los manifestantes que ocupan tres lugares en Hong Kong para exigir a Pekín más libertades democráticas, y la tensión había aumentado.

Las imágenes de la paliza, difundidas por la televisión local TVB, parecen haber sido tomadas durante la noche del martes, durante los enfrentamientos entre policías y manifestantes prodemocracia que acababan de levantar nuevas barricadas.

Dichas imágenes muestran a seis policías de civil arrastrando a un manifestante esposado a un rincón sombrío de un parque cerca de los ministerios, en el barrio de Admiralty, uno de los lugares ocupados por el sector prodemocracia desde hace más de dos semanas.

Este individuo fue obligado a tumbarse en el suelo. Un oficial se colocó sobre él y lo golpeó con sus puños mientras tres otros policías lo pateaban. La agresión duró cuatro minutos, según la televisión.

"La policía está preocupada por este incidente y abrirá una investigación imparcial", declaró el ministro de Seguridad a la prensa. "Los policías involucrados en este incidente fueron suspendidos de sus funciones actuales", añadió.

El Partido Cívico, uno de los movimientos prodemocracia de Hong Kong, identificó al hombre víctima de esta violencia como uno de sus miembros, Ken Tsang.

El líder estudiantil Joshua Wong declaró que los manifestantes, que ya estaban encolerizados después de haber sido blanco de gases lacrimógenos el 28 de septiembre, habían perdido toda confianza en la policía.

"Lo que la policía hubiera debido hacer era escoltar al manifestante hasta el coche policial, y no llevarlo lejos, golpearlo con los puños y los pies durante cuatro minutos", exclamó.

Amnistía Internacional también condenó el ataque, calificándolo de "brutal". "Las personas involucradas deberían ser juzgadas", añadió.

Manifestantes y policías se enfrentaron violentamente en las primeras horas del miércoles, cuando las fuerzas del orden comenzaron a desmantelar una nueva barricada colocada en un túnel cercano a los edificios oficiales.

Unas 45 personas fueron arrestadas, según la policía, que señaló cuatro heridos en sus filas.

Las barricadas colocadas desde el 28 de septiembre han perturbado considerablemente la actividad en Hong Kong y la vida cotidiana de más de siete millones de habitantes en este territorio semiautónomo, que vive su peor crisis política desde su retrocesión a China, en 1997.

Los manifestantes, desafiando la tutela china, exigen poder elegir libremente al próximo jefe del ejecutivo hongkonés, en 2017, mientras que el Partido Comunista Chino teme un contagio reivindicativo en su territorio, y quiere controlar el proceso electoral.

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