En calles donde no hay ciclovías demarcadas, los ciclistas comparten la calzada con automotores. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Krupskaya S. tiene 26 años y deberá esperar hasta enero del 2018 para rehabilitar su pierna derecha mediante una nueva cirugía. En septiembre del 2018, mientras viajaba en bicicleta por la avenida Amazonas, en el norte de Quito, un vehículo la impactó.
El día del accidente, Krupskaya tomó una de las bicicletas del sistema BiciQ para llegar al Centro de la ciudad. Lo que recuerda es que una vez que llegó a la intersección de la Amazonas con la 18 de Septiembre, un vehículo que cruzaba de occidente a oriente la golpeó y terminó tendida en el suelo.
“Llegaron los agentes de Tránsito y detuvieron al conductor. Lo que pasó, al parecer, es que intentó ganarle el paso al vehículo que circulaba de norte a sur. Ese automóvil me tapó la visión y cuando avancé, el otro vehículo me atropelló”, comentó la chica.
Entre enero y junio del 2017 se produjeron 58 accidentes de ciclistas. Tres conductores de bicicleta fallecieron atropellados, según la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). Hubo un incremento en relación con el mismo período del 2016, cuando hubo 55 atropellamientos a ciclistas en las calles de Quito y un fallecido.
El número de accidentes que involucra a peatones es aún mayor. Entre enero y junio del 2017, la AMT contabilizó 803 atropellos. Eso frente a los 754 que se produjeron en el mismo período del 2016.
Para Álex Naranjo, presidente de la Asociación de Peatones de Quito, no hay una cultura vial de respete a todos los actores de la vía.
Las estadísticas de accidentabilidad ayudaron a identificar los lugares con el mayor número de accidentes. Según Daniela Chacón, concejala independiente y proponente del Proyecto de Ordenanza que prioriza la movilidad en el transporte sostenible en el Distrito, los cruces por los que circulan los peatones hacia el sistema de transporte público son los puntos que mayor incidencia tienen en lo que respecta a la accidentabilidad.
“Intersecciones como la del Mercado Mayorista, la parada del Quicentro Sur y el redondel de la Villa Flora, en el sur, y la Río Coca, para ingresar a la estación de la Ecovía, en el norte, son los puntos más críticos”, dijo Daniela Chacón.
Naranjo coincide en que los cruces de las principales avenidas son los más riesgosos. “Los vehículos, por Ley, están obligados a detenerse en los giros, pero no lo hacen. Creen que tienen la preferencia y no dan paso”, dijo.
La AMT tiene sectorizados -por administración zonal- los lugares de mayor incidencia. En lo que respecta a peatones, las administraciones zonales con mayor índice de siniestros son: Eloy Alfaro, Eugenio Espejo, La Delicia, Manuela Sáenz, Quitumbe, Calderón, Tumbaco y Chillos. En cuanto a los ciclistas, las administraciones Eugenio Espejo, La Delicia, Quitumbe, Eloy Alfaro, Tumbaco, Manuela Sáenz, Calderón y Chillos, son las que tienen más accidentes.
Sin embargo, las cifras expuestas no discriminan sobre la causa de este tipo de siniestros. Elisa Puga, de Biciacción, señaló que este tipo de accidentes se dan, sobre todo, en las intersecciones de las avenidas principales. “Cuando hay un giro, hacia la derecha sobre todo, los vehículos no frenan y se producen atropellamientos”.
Pero los ciclistas también reconocen sus errores. Según Puga, la bicicleta debe ser entendida como un vehículo más en la vía. Esto, entre otras cosas, impone la necesidad de respetar las señales de tránsito y ocupar el lugar asignado para su circulación.
“Por ejemplo, hay ciclistas que ocupan la acera que está destinada al peatón. Eso nos pone en la misma posición que los vehículos que invaden las ciclovías. Pero se debe tomar en cuenta que el usar la acera también es por sentirse inseguro en la calzada y ahí es donde se debe abordar la falta de infraestructura”, dijo.
Tanto autoridades como colectivos coinciden en que no solo es un tema de infraestructura sino de cultura vial para cambiar las cifras sobre atropellamientos.
Para Krupskaya hay dos lecciones que le dejó su accidente. La primera es que las autoridades deben trabajar en mayor infraestructura y difusión sobre las ciclovías. “En la intersección de la 18 de Septiembre no hay anuncio alguno sobre la existencia de la ciclovía, dijo. La otra lección es usar casco, pese a que no hay ninguna ley que obligue a los ciclistas a utilizarlo en sus trayectos.