El 29 y 30 de julio del 2009 hubo dos atentados terroristas en España. Estos fueron atribuidos al grupo separatista vasco ETA (Euskadi Ta Askatasuna (en español: País Vasco y Libertad).
El primero de los ataques fue causado por una furgoneta bomba que estalló de madrugada junto a una casa-cuartel de la Guardia Civil en Burgos. Hubo 64 heridos leves, al menos seis de ellos eran niños. Inicialmente la Guardia Civil había informado que la explosión contra la casa-cuartel, donde viven los agentes con sus familias, causó 46 heridos. Luego, el consejero regional de Sanidad, Francisco Álvarez Guisasola, elevó el número a 64. “Ha sido un vehículo bomba que estalló sobre las 04:00”, declaró un portavoz de la subdelegación del Gobierno en Burgos.
El delegado del Gobierno español en la región de Castilla y León, Miguel Alejo, declaró a Radio Nacional de España (RNE), que “no ha habido aviso previo”, como suele hacer ETA, antes de perpetrar estos atentados, para permitir la evacuación del lugar. “Se trata de un gran atentado”, subrayó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien destacó que ETA utilizó “una bomba de tamaño importante que buscaba víctimas mortales”, ya que en la casa dormían unas 120 personas, de ellos 41 niños. Los autores del atentado utilizaron 200 kilos de explosivos, según los medios españoles, que citaron a fuentes de la investigación.
Al siguiente día , dos agentes murieron al estallar un coche bomba frente a un cuartel de la Guardia Civil, en Mallorca. Las autoridades prohibieron las salidas de la isla más grande del archipiélago balear, para evitar la huida de los asesinos. Los dos guardias civiles iban en un coche oficial y fallecieron en la explosión. El estallido se produjo frente al cuartel de la institución en Palmanova, en el municipio de Calviá, en una zona muy turística. Hace 14 años la organización vasca atacó en el mismo lugar. La explosión fue provocada por una bomba adosada al vehículo y activada a distancia. Los fallecidos son dos jóvenes agentes que iban vestidos de civiles.