La pugna iniciada por el Gobierno de la revolución ciudadana en contra del alcalde Jaime Nebot, está perjudicando a la ciudad de Guayaquil, la cual gracias a las administraciones municipales de León Febres Cordero y de Jaime Nebot, se ha convertido en la ciudad más próspera del Ecuador, a la que acuden inclusive ciudadanos de otras latitudes, para palpar su progreso. Nebot se ha convertido en un referente para los demás alcaldes del país y para muchos de la región. Por pura politiquería, ya que en Guayaquil es donde menos votos tiene el actual Gobierno, se quiere acabar políticamente con Nebot, quien es el único líder con suficiente respaldo popular con el que cuenta la derecha en nuestro país; a quien le guste o no, se lo considera como el principal opositor del presidente Rafael Correa.
La lucha contra Nebot ha causado que a Guayaquil se le “torpedee” el Registro Civil Municipal, el cual funciona mucho mejor que el estatal; que se dé por concluida la cooperación que en materia de seguridad ciudadana, el Cabildo mantenía con la Policía Nacional, con las funestas consecuencias que los medios revelan a diario; que se reestructure a la Comisión de Tránsito del Guayas, de tal forma que el Cabildo guayaquileño no tenga ni voz ni voto en el manejo del tránsito de la ciudad más grande del país; que se pretenda quitarle al Municipio de Guayaquil, el manejo de la educación que este proporciona a miles de estudiantes de escasos recursos; que se le impida continuar con el Programa de Aseguramiento Popular (PAP), el cual ya no cuenta con su financiamiento de USD 7 millones anuales, servicio que eficientemente ha venido brindando el Cabildo guayaquileño a los habitantes más pobres del Puerto Principal; que se fomente el caos en el centro de Guayaquil, impulsando a un grupo de comerciantes informales a ocupar ilegalmente la vía pública, cuando el Cabildo les ha construido locales para que ordenadamente ejerzan el comercio; y por último, que se pretenda perjudicar a Guayaquil, suprimiéndole 34.4 millones de dólares de las asignaciones presupuestarias que por ley le corresponde recibir, según lo ha denunciado su Alcalde, por todo lo cual, está organizando una marcha de rechazo a esta actitud.
Alfredo Negrete, en uno de los estupendos editoriales a los que nos tiene acostumbrados, manifiesta que el objetivo del Gobierno Nacional es “destronar a Jaime Nebot de la Municipalidad y copar el único territorio que falta para la hegemonía total de Alianza País”, y agrega, que “la principal arma no serán los recortes de los recursos presupuestarios ni los comités de la revolución ciudadana, o cualquier otra arma clientelar”; que el verdadero ataque contra Nebot, vendrá con el veredicto que se espera de la Comisión de la Verdad.
Por el bien de Guayaquil, espero que Alfredo esté equivocado.