Las autoridades investigan bandas que utilizan uniformes policiales para cometer delitos. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Actuaban como verdaderos policías. Cuando incursionaban ilegalmente en las casas utilizaban las mismas expresiones que los agentes: “este es un allanamiento, abran la puerta”. Se trata de bandas delictivas que han accedido a los uniformes reales para perpetrar delitos. En Guayaquil se han reportados al menos tres asaltos en un mes.
La mañana del 20 de abril, tres personas llegaron a la casa de José, en el Suburbio y le obligaron abrir la puerta. “Me dijeron: Policía, Policía, abra la puerta”.
Cuando se asomó por la ventana vio a tres uniformados parados al pie de su casa. “Como no debía nada los dejé entrar y allí empezó todo”.
Dos de ellos vestían chompas que tenían impresas las palabras Dinased, una unidad de la Policía que investiga las desapariciones y muertes violentas. Le dijeron que estaban allí para investigar la muerte de un vecino.
Otro tenía una capucha de la Policía Judicial (PJ) y se quedó afuera de la vivienda.
Luego, los falsos agentes amarraron a José y se llevaron teléfonos, laptops y USD 300 que tenía para pagar del arriendo.
Entonces empezó a gritar y pidió que no le hicieran daño. Eso alertó a los vecinos, quienes llamaron a los verdaderos policías.
Una patrulla llegó al lugar y prendió la sirena. Fue ahí cuando los sospechosos salieron del domicilio y trataron de engañar a los agentes reales aduciendo que habían detenido a una persona.
Luego escaparon en una camioneta y a pesar del operativo no fueron aprehendidos.
Las autoridades investigan bandas de este tipo, que utilizan uniformes policiales para cometer delitos.
Marcelo Tobar, comandante de la Policía en la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), dijo que ya se desarticularon a organizaciones delictivas dedicadas a esta tarea y otras son investigas.
El 18 de mayo se detuvo a dos hombres, a los cuales se les encontró uniformes originales, que son elaborados por el proveedor autorizado.
Los aprehendidos huían en un vehículo luego de asaltar a un ciudadano en Sauces VI, en el norte de Guayaquil.
Tobar aseguró ese día que los detenidos no pertenecen a la institución, sino que eran personas que se disfrazaban de gendarmes. “Los uniformes eran originales, fabricados por la empresa que nos provee a nosotros, no sabemos si serían robados. Haremos la investigación y sabremos cómo consiguieron la vestimenta”.
La principal teoría que se maneja es que los uniformes son sustraídos ilegalmente.
Según Tobar, en años anteriores ya han detenido a “varias organizaciones”, que tenían en su poder estas prendas originales.
El pasado 11 de abril, una persona fue aprehendida en la cooperativa Santiaguito Roldós, al sur de Guayaquil. El hombre llevaba puesto un chaleco de la Policía con el que cometía asaltos en la ciudad.
Juan Carlos, otro afectado, acudió el 3 de abril del 2017 a la Unidad de Flagrancia. Ahí denunció que mientras estaba en su casa, ubicado en una urbanización de la vía a Daule, cuatros hombres vestidos de policías llegaron cerca de las tres de la madrugada.
La víctima contó que los desconocidos lo sacaron de su casa para robarse sus pertenencias. Lo subieron a un carro y lo secuestraron varias horas. Luego de esposarlo y taparle la boca con cinta de embalaje lo dejaron abandonado en Pascuales.
El fiscal William Aguilar, de Flagrancia, indicó que cada semana reciben hasta cinco denuncias por este motivo.
Según las indagaciones, hay casos en que los uniformes con los que engañan a las víctimas suelen ser confeccionados por las mismas bandas. “Pero en los últimos hechos se han utilizado uniformes reales de la institución”, sostuvo.
El Código Penal sanciona el uso indebido de insignias, uniformes, denominaciones, distintivos militares o policiales para cometer delitos. El artículo 296 de la normativa dice que quien públicamente utilice uniformes o insignias de un cargo oficial que no le corresponde, “será sancionada con pena privativa de libertad de 15 a 30 días”.
Según el comandante de la Zona 8, estos casos generan mayor preocupación que los sucesos de delincuencia común. “Nos preocupamos más de estos, porque nos damos cuenta que existe ya una parafernalia organizada y una planificación”.
Tobar pidió tomar medidas de prevención a la ciudadanía para evitar ser víctimas de delitos. Dijo que antes de abrir la puerta le pidan al uniformado que se identifique. Tiene que demostrar la orden de allanamiento debidamente firmada por un juez.
En ese documento tiene que constar la fecha y el motivo de la inspección. Caso contrario, dijo Tobar, no debe permitirse que ingrese ni tampoco acompañarlo a otro lugar.