Miembros de la Policía revisaron el almacén que fue asaltado la mañana de este 15 de octubre. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.
Aparentemente se trataría de un robo de unos USD 300, detallaron los agentes investigadores de la Policía Judicial, en relación a lo ocurrido en el almacén de calzado, de las calles Guayaquil y Olmedo, en el Centro Histórico, la mañana del jueves 15 de octubre del 2015.
Pero esta información no se pudo confirmar debido a que la víctima era atendida por los paramédicos. Se trata de un empleado, que habría sido golpeado en la nuca, cuando intentaba abrir el local.
Este empleado recuperó el conocimiento pasadas las 11:00. Aún muy débil indicó que los sospechosos le pusieron un pañuelo en la boca y que presume que este tenía impregnado alguna sustancia para dormirlo. Luego sintió el golpe y quedó tendido en el interior del local. Aclaró que en el momento en que abría la puerta principal identificó a tres hombres que le tomaron por la espalda, le hicieron ingresar al local, le pusieron la franela y lo agredieron.
Otro trabajador de la compañía, quien se encarga de brindar seguridad, pasó por el almacén unos 20 minutos después. Notó la puerta metálica entreabierta y al ingresar encontró a su compañero inconsciente. Los dueños de la cadena de calzado llegaron al sitio, pero evitaron dar declaraciones. Este lugar quedó cerrado mientras que la víctima fue llevada a una casa de salud.
Moradores de la Plaza del Teatro se quejaron de la inseguridad en el sector. De hecho, este día hubo otro robo en un local de venta de carteras de cuero y mochilas cercano. El almacén está ubicado diagonal al calzado, a menos de 20 metros. Su dueño alertó sobre el robo a las 10:00, cuando abría el local.
Se encontró con la puerta forzada y con el vidrio de un mostrador roto. Del interior se habían llevado dos mochilas y tres carreras; calcularon que la pérdida sería de alrededor de USD 100.
Otro morador, José G. contó que todo el día en el Centro Histórico observan la presencia de supuestos delincuentes, más que nada de arranchadores de celulares y carteras. También es común ver personas indigentes, con adicciones a las drogas y al alcohol y venta de droga. “Queremos más seguridad, porque la gente aquí ya no puede caminar tranquila”, dijo.