En Artesa se venden vajillas, maceteros y floreros de cerámica hechos en Cuenca. Foto: Mayra Pacheco / El Comercio
Las personas nacidas en Cuenca tienen en Quito sus espacios para estar más cerca de su terruño. En la urbe se cuenta con decenas de locales que ofrecen joyas, cerámicas, vajillas y muebles elaborados por artesanos de la capital de Azuay.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en Quito residen 9 902 cuencanos. Algunos de ellos, para adquirir estas joyas elaboradas en el Austro, no necesitan viajar alrededor de seis horas.
En el Quicentro Shopping, en el norte, funciona la joyería Guillermo Vázquez, que tiene 75 años de trayectoria en el país.
En Quito, esta empresa tiene cuatro locales. Los anillos, cadenas, aretes, pulseras y dijes se exhiben en vitrinas detrás de unos cristales. Están acomodados sobre terciopelo negro. En este material se destaca el brillo del oro dorado, blanco y rosa; y las piedras preciosas.
La calidad del oro (18/750), la exclusividad de los diseños y la autenticidad de las piedras son la carta de presentación de estos objetos. Juan Molina, trabajador de la joyería, menciona que son piezas 100% artesanales. Se las elabora en Cuenca y se las trae a Quito.
En los locales de Guillermo Vázquez se recibe un promedio de 350 visitantes al mes. Además de esta empresa, las joyas cuencanas se muestran en Terranova y Joyería Cuenca.
Para los cuencanos usar estos objetos es parte de su identidad. Bernardita Riofrío, de 24 años, recuerda que desde pequeña su madre y abuela, también cuencanas, siempre estaban enjoyadas. Usaban aretes de filigrana (hilos de plata u oro) y recorrían las tiendas donde se venden estos objetos.
La influencia de sus familiares hizo que Riofrío desarrolle afición por la joyería. Ahora ella estudia diseño de joyas, en Quito. Trabaja con plata y filigrana y piedras semipreciosas.
El arte morlaco está también presente en el hogar. Los platos, tazas, vasos, floreros, cuadros, candelabros de cerámica con figuras talladas se exhiben en tiendas como Artesa, Galería Taller Vega, Yapacunchi.
Un juego completo compuesto por alrededor de 200 objetos puede costar USD 1 200. Las personas tienen la opción de completar la colección de pieza en pieza.
Doris Erazo, dependiente de Artesa, comenta que estas cerámicas, al igual que las joyas, se las trae desde Cuenca. Los diseños son únicos. Son elaborados a mano.
Para Enriqueta Félix, escultora, las tiendas donde se ofrecen estos productos cuencanos son sus sitios favoritos. El jueves pasado, ella fue a Artesa en busca de los utensilios de un agua mil (fuente, jabonera, jarra). Conoce la calidad de estos objetos, porque tiene pocillos, ensaladeras, fruteros. “Son obras de arte auténticas”.
Estos objetos son de colores brillantes: amarillo, azul, verde, anaranjado. Los diseños son en alto relieve y evocan a la naturaleza. Tienen tallados flores, frutas, peces, mariposas…
Otro de los productos elaborados en Cuenca, por artesanos morlacos, para luego venderlos en Quito son los muebles. Según el Censo Económico esta industria agrupa a 482 fábricas.
En Colineal, una de estas empresas, se exhiben comedores, salas, dormitorios, muebles de oficina… Roberto Maldonado, presidente ejecutivo de Colineal, cuenta que los artesanos que diseñan estos muebles cuidan cada detalle. La madera proviene de bosques naturales y están a la vanguardia.
Jacqueline Pozo, coordinadora de La Casa de Cuenca en Quito, compra en Colineal los muebles. Conoce el trabajo que hacen sus coterráneos, por eso no busca otras opciones.
Quito es el mercado más importante de Colineal. De los USD 60 millones anuales que registra por ventas a escala nacional, 25 millones corresponden a la capital. Aquí, tienen cinco locales. El principal está en El Bosque, en el norte, tiene 6 000 metros cuadrados.