Armar a profesores contra tiroteos en EE.UU.: ¿Cura o agravante?

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump (derecha) observa mientras Julia Cordover (centro), presidenta del cuerpo estudiantil de Parkland, habla sobre violencia armada en la Casa Blanca el 21 de febrero de 2018. A la derecha está Nicole Hockley.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump (derecha) observa mientras Julia Cordover (centro), presidenta del cuerpo estudiantil de Parkland, habla sobre violencia armada en la Casa Blanca el 21 de febrero de 2018. A la derecha está Nicole Hockley.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump (derecha) observa mientras Julia Cordover (centro), presidenta del cuerpo estudiantil de Parkland, habla sobre violencia armada en la Casa Blanca el 21 de febrero de 2018. Foto: AFP

La semana pasada (14 de febrero del 2018) tres adultos y 14 menores murieron en un tiroteo en una escuela de Estados Unidos. El hecho reabrió el debate sobre el control de las armas en el país en donde comenzó a sonar con fuerza, y desde la Casa Blanca, la posibilidad de armar a miles de profesores para evitar los ataques.

La idea surgió en medio del encuentro que el presidente Donald Trump tuvo este miércoles en su sede de Gobierno con sobrevivientes de la secundaria Marjory Stoneman Douglas (MSD) en Parkland, ciudad de Florida epicentro del último tiroteo, y de otras masacres similares ocurridas en el país.

Allí, Frederick Abt, padre de una de las jóvenes que logró salir con vida del hecho, dijo que una "posible solución no muy popular sería tener en las escuelas profesores o personal que voluntariamente tenga armas en las salas de clase y reciban entrenamiento para usarlas".

La propuesta fue asentada por el mandatario, quien desde el día de la tragedia ha matizado poco a poco su posición frente al uso de las armas en la nación norteamericana, en donde no hay más restricción que ser mayor de 18 años para comprar una.

"Si hubiera un maestro experto en armas de fuego, el ataque podría terminar muy rápidamente", consideró Trump que más tarde explicó en Twitter que se trataría de "dar pistolas ocultas a maestros expertos en armas y con experiencia militar".

Las reacciones a esa posibilidad no se hicieron esperar. La Asociación Nacional de Educación (NEA, por sus siglas en inglés), equivalente a un sindicato de profesores, afirmó en un comunicado que dar armas a los profesores no garantiza la seguridad de los niños y jóvenes.

"Traer más armas a las escuelas no hace nada para proteger a estudiantes y profesores de la violencia armada. Nuestros estudiantes necesitan más libros, más arte y más programas de música, y funcionarios capacitados que estén enfocados en enseñar", indicó en el texto la presidenta de la NEA, Lily Eskelsen.

Para Andrew Bronstein, padre de familia y profesor de una escuela primaria de Parkland "no es necesario tener un arma para defender a los niños y jóvenes de un tiroteo como el que ocurrió el Día de San Valentín". "Podemos ver el poder de la unión lo que ha hecho, que el Gobierno plantee posibles soluciones es un paso adelante", dijo. "Con la propuesta de armarnos el negocio de las armas se mantiene y el riesgo se multiplica. Tenemos que armarnos con argumentos, con conocimiento, con experiencias", afirmó Bronstein.

Así también lo consideró Stephanie Smith, de 14 años, quien se mostró "muy atemorizada de solo pensar que en la escuela habrá profesores o personal con armas". "No sabes si esas mismas personas las disparen o aparezca otro chico con ideas homicidas y lo haga, va a ser un peligro ya no afuera sino adentro", indicó.

El vicepresidente de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), Wayne LaPierre, ofreció por su parte armar las escuelas no con los profesores pero sí con guardias pagados por la asociación. "En cada comunidad en Estados Unidos, todos deben unirse para implementar la mejor estrategia para endurecer la seguridad en sus escuelas, incluida la seguridad efectiva, capacitada y armada que protegerá absolutamente a todos los niños inocentes en este país", dijo LaPierre.

A su turno, el senador republicano Marco Rubio planteó la opción de elevar a 21 la edad mínima para poder comprar un arma legalmente y sacar del mercado los "bump-stocks"o accesorios para hacer que las armas disparen más balas por segundo. "Yo apoyaría sin duda esas iniciativas", afirmó Rubio.

El doloroso hecho que ha mantenido por una semana las banderas a media asta en todo el estado dio paso al movimiento "Never Again (Nunca más)" impulsado por estudiantes del MSD que ya cuentan con más de USD 3 millones de donaciones para llevar a cabo una multitudinaria marcha el próximo 24 de marzo.

"Todo ha valido la pena totalmente. Necesitamos seguir adelante y tenemos el corazón para hacerlo, para marcar un cambio y lograr que los niños y niñas que vienen detrás de nosotros estén protegidos y la única forma de hacerlo es parar el uso de armas", dijo Carlos Rodríguez, uno de los sobrevivientes.

El objetivo de los jóvenes es lograr una reforma que endurezca las leyes de posesión de armas en Estados Unidos en donde 2 117 personas han muerto en lo que va del año a causa de la violencia armada, según cifras del Archivo de Violencia Armada. La segunda enmienda de la constitución que dio derecho en 1791 a poseer armas a cualquier ciudadano para la defensa es su principal blanco.

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