Buenos Aires, AFP
El gobierno argentino dispuso para este viernes un feriado sanitario para la administración pública nacional, al que se plegó parte del sector privado, en un intento por frenar el avance de la gripe AH1N1, que ya causó 82 muertes en el país, según cifras oficiales.
Pese a ello, el opositor gobierno de la capital argentina resolvió no adherir a la propuesta nacional, por lo que la atención en las oficinas públicas de la alcaldía era normal, aunque bancos y financieras privadas permanecen cerradas al igual que gran parte de los comercios de la ciudad.
El ministro de Salud argentino, Juan Manzur, subrayó este viernes que el virus mostró un retroceso en la capital argentina y su periferia, los distritos más poblados, aunque se registran más contagios en el interior del país.
“Es cierto que en el interior se están dando más casos, en tanto en la capital y en la provincia (de Buenos Aires) hay una marcada disminución de consultas y pacientes internados”, dijo.
Manzur habló a la prensa en el aeropuerto internacional de Ezeiza, adonde dijo que acudió para recibir 100 000 tratamientos de Oseltamivir, el medicamento contra la gripe A.
“El gobierno hizo una compra directa a un laboratorio de Basilea (Suiza) y en las próximas 48 horas se recibirán más dosis del antiviral hasta completar los 600 000 tratamientos, con lo que vamos a superar el millón”, explicó.
La provisión persigue “asegurar la distribución en todos los hospitales públicos del país” y entregar el remanente para venta en farmacias, dijo.
Argentina está tercera en número de fallecidos, detrás de Estados Unidos (170) y México (121).