Con apatía se cerró ayer la campaña electoral en Bolivia

La Paz.  AFP

Los candidatos cerraron ayer  sus campañas de cara a las elecciones generales del domingo en Bolivia. El  ambiente fue de calma e incluso  de apatía,  ante la evidencia de que la victoria será del actual mandatario, Evo Morales. Este hizo  su último acto proselitista en su fortín de El Alto.

El clima preelectoral, en el  país de 10 millones de habitantes, contrasta con el que se vivía el año pasado en el referendo revocatorio que confirmó a Morales, cuando el país estaba virtualmente al borde de una guerra civil.

Ahora, con una oposición debilitada, la campaña llega a su fin con disputas políticas como la amenaza del Mandatario contra Manfred Reyes Villa, su más inmediato seguidor. Morales dijo que  llevaría a Reyes Villa a  la cárcel,  por malversación de fondos cuando era prefecto del central departamento de Cochabamba.

Ayer fue el último día de campaña para los candidatos presidenciales y aspirantes al Congreso, que en el próximo período cambiará su nombre por   Asamblea Legislativa Plurinacional.

Asimismo,  cesó el bombardeo de la propaganda electoral; están prohibidas las reuniones políticas y el consumo de alcohol.
Como cierre de campaña, Morales encabezó  un acto en su principal plaza política, El Alto, vecina de La Paz, ciudades donde recoge el 70% de la intención de voto, según recientes sondeos. Con cerca de 55% en las encuestas, Evo Morales supera de manera abrumadora a Reyes Villa (18%, derecha) y al empresario Samuel Doria Medina (10%, centro derecha) .

Morales ha hecho una intensa campaña por todo el país -la oposición incluso lo acusa de poner todo el aparato del Estado a su disposición-, y el miércoles hizo un cierre de campaña en el principal bastión opositor, Santa Cruz.

Allí, ante una gran multitud, llamó a los bolivianos a derrotar a la derecha y así poder contar,  para  su nuevo gobierno, con una mayoría absoluta en el Congreso.
Hasta hace muy poco era inimaginable que Morales lograra penetrar en Santa Cruz, pulmón del desarrollo económico boliviano, donde sus élites de derecha le tenían vedado el paso.

En un meditado golpe de timón, Morales se apoderó del discurso de la derecha  y aparece ahora como abanderado  de la autonomía. Sin embargo, según las encuestas, que le atribuyen 29%, esa región seguirá siendo adversa al Mandatario.

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